La presencia de las Carmelitas Descalzas en el casco urbano lucentino podría tener los días contados. La Gerencia de Urbanismo ha dado luz verde a la posibilidad de que la comunidad traslade su actual convento de San José, emplazado desde hace décadas en el barrio que tomó nombre de la fundadora de la orden, Santa Teresa de Jesús, hasta las solitarias postrimerías de la Sierra de Aras.
La idea no es fruto del capricho, sino de la necesidad. Cuando la comunidad se instaló en su actual emplazamiento en 1971, procedente del ruinoso convento de la Plaza Nueva, la zona se encontraba a las afueras de la ciudad y era un remanso de paz y pastos, proclive al recogimiento y la oración impuestos a una orden de clausura. Hoy la avenida se ha convertido en una transitada artería urbana y el convento ha quedado rodeado de centros escolares, instalaciones deportivas y bloques de pisos que superan en mucho las viejas tapias del huerto del convento. Las monjas han perdido su privacidad para la realización de sus tareas cotidianas y se dice que incluso han tenido que soportar en más de una ocasión vejaciones, insultos o inesperadas visitas procedentes del exterior.
Urbanismo ha aprobado una propuesta de esta Orden para edificar un nuevo convento en la confluencia entre el Camino Viejo de Rute con la carretera del Santuario. Según explicó el concejal de Urbanismo, Francisco Algar, la congregación ha iniciado conversaciones con el consistorio de cara a estudiar una permuta, por la que el ayuntamiento costearía las obras del nuevo convento y a cambio obtendría los terrenos del actual, que dedicaría a viviendas de protección oficial.
La parcela en la que se pretende construir el nuevo convento está catalogada como suelo no urbanizable, aunque el PGOU considera compatible la construcción de edificios religiosos. No obstante también será necesario realizar consultas a la Junta para confirmar este extremo y la posibilidad de edificar viviendas en los terrenos del convento, que contaría con dos plantas. Indica el proyecto que la primera dispondría de una zona de día y un museo para la custodia de los bienes de la orden y la superior sería destinada a celdas y biblioteca. El proyecto se completaría con una iglesia, jardines y un huerto de subsistencia.
Es el nuevo hogar que desean las seis hermanas que hoy forman la otrora numerosa comunidad de clausura de Carmelitas Descalzas de Lucena, una comunidad que desde la pasada semana cuenta con una nueva hermana, María Jesús de Cristo Rey, que realizó su profesión solemne ante el Obispo de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, que apoyó en su visita a la ciudad tanto el nuevo convento como la edificación de una nueva parroquia La Sagrada Familiay la reconstrucción del templo de San Pedro Mártir.