La pedanía lucentina de Jauja estrenará su playa fluvial el próximo mes de agosto y con algunas semanas de adelanto sobre la fecha inicialmente prevista. Así lo ha anunciado el alcalde pedáneo, Rafael Gómez, que ha indicado que los trabajos de la primera playa apoyada en un río de la provincia marchan a muy buen ritmo.
Los quehaceres también traerán consigo la recuperación y puesta en valor del recinto de la antigua aceña sobre el Genil, devaluado tras las obras de protección del casco urbano frente a las crecidas del Genil, llevadas a cabo por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
El proyecto está siendo ejecutado por la empresa Construcciones Cabello, que recibió la adjudicación tras ofrecer una mejor oferta de 167.720 euros más IVA.
La idea pretende convertir la ribera del río Genil a su paso por Jauja en una playa urbana y cuenta con el visto bueno de la Confederación. La actuación, planteada en dos fases, incluye en esta primera parte la creación de una balsa de agua que ocupa parte del antiguo campo de fútbol, permitiendo el baño, para lo que se bombeará agua desde el río con una renovación permanente de la misma. La balsa o zona de playa tendrá una capacidad aproximada de 460 m3 apoyada directamente sobre el suelo e impermeabilizada mediante la ejecución de una capa de hormigón proyectado, ya efectuada, con una profundidad máxima de 1,50 metros.
Además, se contempla la recuperación del acceso y parte de elementos originales perdidos de la Aceña árabe, la pasarela que recorre el interior del molino y el paso del agua del río a través de estas estructuras mediante un bombeo desde el cauce.
Además, el consistorio ya ha conseguido que se pueda utilizar un tramo del Genil para la práctica de actividades acuáticas como el piragüismo o el rafting, como ya se viene haciendo en el mismo río entre las localidades de Benamejí y Palenciana.
En una segunda fase se crearán una serie de terrazas ajardinadas que albergarán distintas actividades lúdicas, aparcamientos y arbolado.
La creación de esta zona de baño podría ser complementaria o, en su caso, sustitutiva del proyecto municipal de construir una piscina de verano en la pedanía lucentina y se convertiría en una instalación de uso para los vecinos, al tiempo que en un nuevo recurso turístico para la misma, incluida en la Ruta del Tempranillo, que atrae cada año hasta la zona a miles de visitantes.