.
Según ha indicado CCOO, la reestructuración del sector financiero ha supuesto para la provincia de Córdoba "graves consecuencias en el ámbito laboral, social y económico", con una disminución de empleo directo en los últimos cinco años de 1.076 personas, así como el cierre de 277 oficinas.
Lucena tampoco ha sido ejena a este fenómeno. La ciudad llegó a registrar hasta 30 sucursales entre los años 2008 y 2010, al abrigo del boyante ciclo vivido por el sector inmobiliario durante la primera mitad de la pasada década. El objetivo era copar el mercado para acumular el mayor número posible de créditos hipotecarios y algunas cajas llegaron a contar con hasta cuatro oficinas abiertas al público. Según datos oficiales consultados por LucenaHoy, con el estallido de la burbuja inmobiliaria, la agudización de la crisis y la fusión de entidades, Lucena ha perdido en el cómputo general una decena de oficinas en los tres últimos años. Las primeras en caer fueron las ubicadas en la periferia de la ciudad, aunque también se han visto afectadas algunas de las situadas en pleno centro, donde en los últimos meses han cerrado sus puertas las dos oficinas de Bankia en la calle El Peso y San Francisco, una de CaixaBank la última, hace tan solo unos días y otra de La Caixa en la Plaza Nueva.
En unos casos los procesos de concentración derivados de la reestructuración del sistema bancario han hecho que algunas entidades se encontraran de la noche a la mañana con un número excesivo de sucursales, algunas distantes de otras solo unas decenas de metros. Otras veces ha sido la brutal caída del negocio o la necesidad de la banca de reducir costes de explotación, lo cierto es que la crisis ha propiciado el cierre paulatino de sucursales y se ha llevado por delante una treintena de empleos directos y algunos más de forma indirecta.
Eso, en opinión del secretario del Sindicato Provincial de Servicios Financieros y Administrativos de CCOO de Córdoba, Antonio Ramón Jiménez, supone unos grandes beneficios para el oligopolio financiero, y la paradoja es que mientras se destruye esa gran cantidad de empleo, se realizan, al mismo tiempo, decenas de miles de horas extra fraudulentas por la presión a las que somete la dirección de las entidades a la plantilla restante, que sufre un alto índice de estrés.
En el ámbito social, la reestructuración está ocasionando también una "notable exclusión financiera a la población, una peor atención y un mayor coste, creando serias dificultades para las familias con menores recursos". En este sentido, CCOO resalta también la contracción de la Obra Social que realizaban las desaparecidas cajas de Ahorro, que en el ámbito andaluz retornaron de sus beneficios a la sociedad 154 millones de euros en 2010.
De igual modo, el sindicato considera que en lo económico la reestructuración ha propiciado una clara contracción del crédito. Y eso en Córdoba ha provocado en el sector privado la disminución de 7.483 millones de euros, pasando en estos últimos años de 23.348 millones a 15.865 millones, o sea, un 32 por ciento del global, y también en más de un 60 por ciento del consumo para las familias y del circulante a pequeñas y medianas empresas.
Se ha perdido una clara oportunidad en las decisiones que ha tomado la Administración, y especialmente el Ministerio de Economía, al no haber apostado por una Banca Pública con las entidades nacionalizadas a través del FROB, porque todo esto ha supuesto un alto coste económico para España y se hubiese contrarrestado la formación del oligopolio financiero actual (Santander, BBVA, La Caixa, Sabadell y Popular), además de haberse favorecido la difusión del crédito necesario para el relanzamiento de la economía, estima Jiménez.