La campaña navideña no ha servido en esta ocasión para que el comercio lucentino logre salvar un pésimo año 2020, marcado por la pandemia y la incertidumbre a todos los niveles. Tampoco parece que la recién iniciada campaña de rebajas vaya a venir en ayuda de los más de 200 comercios del centro urbano lucentino, habituado a ser un punto de referencia para todo el sur de la provincia de Córdoba.
Así lo confirman los propios empresarios, que hablan de una caída de entre el 40 y el 60 por ciento de las ventas respecto a la Navidad del año 2019, que para muchos de ellos marcó cifras excepcionales. No es solo que la afluencia de público a los comercios haya sido menor como consecuencia del temor al coronavirus o la incomodidad de las restricciones, sino también que el presupuesto de compra se ha visto mermado reducidamente como consecuencia de la crisis económica que ha traído consigo la COVID19.
El sector de la confección, zapatería y complementos es uno de los más afectados por esta situación. Todos los establecimientos consultados coinciden en señalar una caída de las ventas en torno al 50 por ciento. Las adquisiciones se concentraron en la semana previa a la fiesta de Reyes Magos y el resto de las fiestas apenas despuntaron sobre una semana normal. "Los clientes han comprado los regalos ineludibles pero no han adquirido productos para consumo propio", señala la encargada de una de las principales cadenas de moda femenina de la céntrica calle el Peso. "Ha habido cierta animación durante los días centrales, pero se han vendido más complementos que prendas de vestir", manifiesta el titular de otro comercio del mismo sector.
La conclusión es similar en uno de los principales establecimientos de perfumería y cosmética: "No hemos notado tanto la ausencia de público, pero hay una evidente falta de alegría en el gasto. Este año el presupuesto ha sido mucho más corto y eso se ha notado en los ingresos respecto a la campaña de 2019".
Solo las tiendas de electrodomésticos y hogar han logrado mantener, en líneas generales, un volumen de ventas acorde con estas fechas especialmente propensas al consumo, incluso con repuntes al alza, como indica Rafael Briones, gerente de Milar Lucena. "La pandemia ha hecho que pasemos más tiempo en casa y esa tendencia se ha traducido en mas ventas pese a las restricciones y los dos meses del estado de alarma", asegura.
Con esta excepción, los comerciantes manifiestan que la mala campaña navideña ha venido a poner el broche final a un año nefasto que supondrá para muchos de ellos el cierre, como denotan los numerosos escaparates que lucen ya carteles de traspaso o alquiler. "No es solo la Navidad, ha sido el estado de alarma, las restricciones de horarios y aforos y sobre todo de movilidad, que han impedido que clientes habituales de localidades cercanas puedan venir a Lucena a hacer sus compras como cada año", asegura la responsable de una zapatería de la calle Las Torres. Unas circunstancias que se suman a la cada vez más feroz competencia de internet y de las franquicias instaladas en el centro de la ciudad "que imponen una política de descuentos permanentes imposible de soportar para el comercio tradicional", según Salvador Gutierrez, propietario de una tienda de moda hombre.
Respecto al periodo de rebajas la incertidumbre ante las consecuencia que pueda tener una tercera ola de infecciones es la nota dominante. No obstante, "las rebajas de hoy no son como las de antes, ahora tienen que competir con el Black Friday y los descuentos prenavideños de las franquicias y la grandes superficies", asegura el responsable de Stylo, otro comercio de moda. Pese a los carteles anunciando grandes descuentos que inundan los escaparates, de momento, solo los primeros días de este periodo de descuentos han supuesto un repunte de las ventas.
Ahora, más que nunca, el comercio pide a la ciudadanía que redoble su apuesta por el pequeño y mediano comercio local como punto de referencia para realizar sus compras.