El alcalde de Lucena, Juan Pérez, ha señalado hoy que el consistorio lucentino sigue trabajando para erradicar los malos olores que afectan a algunas zonas del centro de la ciudad en las que recientemente se han desarrollado obras, como El Coso, Barahona de Soto, Plaza Nueva o Juan Palma García.
Pérez señaló que desde que se detectó el problema se han adoptado distintas medidas de control que ya han logrado hacer disminuir los malos olores y pidió "un poco de paciencia" para conseguir la total eliminación de los mismos.
Según ha explicado el técnico del Ciclo Integral del Agua, Ángel Martínez, el problema en la zona del Coso y Barahona de Soto radicaba fundamentalmente en la falta de sifones en el alcantarillado, aunque en la calle Juan Palma también se han producido episodios similares y este tipo de dispositivos estaban incluidos en la obra, como también en el resto de actuaciones del casco histórico.
El técnico municipal ha indicado que, aprovechando las obras, se ha multiplicado el número de imbornales y rejillas para la recogida de aguas pluviales, y con ello el de puntos susceptibles de producir malos olores. Tras las medidas adoptadas inicialmente, se han colocado codos sifónicos en los distintos imbornales, aunque las altas temperaturas del verano hacen que la lámina de agua que actúa como "sello" para evitar que afloren lose gases procedentes de la descomposición de la materia orgánica que circula por la red de saneamiento hace que, puntualmente, se perciban malos olores.
Ángel Martínez indicó que los servicios municipales han incrementado la frecuencia de riego de las calles para mantener esa lámina de agua, algo especialmente complicado durante el verano, aunque reconoció que se trata de una solución no definitiva, por lo que anunció una mejora del sistema en las próximas semanas "una vez que remita el calor". En caso de que esta actuación tampoco ofrezca los resultados apetecidos, sería necesario realizar una reforma del sistema que afectaría a las obras recién concluidas, como última alternativa.
El técnico municipal indicó que, entretanto se adoptan estas medidas complementarias, sería de ayuda que los comercios o establecimientos de la zona arrojen el agua de fregado a los imbornales, para ayudar a mantener el nivel del agua en los mismos.
Sobre una posible negligencia en la redacción de los proyectos de estas calles, el regidor lucentino indicó que "en principio no creo que se pueda hablar de responsabilidades, simplemente se ha redactado un proyecto que multiplica el número de rejillas para incrementar la capacidad de evacuación de la red de saneamiento y no se contempló esta circunstancia, que ya se ha corregido en todos los proyectos posteriores".