La estampa de un grupo de personas malviviendo bajo los soportales de la caseta de la Cruz Roja en el recinto ferial o del edificio de la estación, se ha convertido ya en habitual desde hace unos meses. Sin embargo, en estos días, cuando se inicia la campaña de recogida de aceituna, son más los temporeros que llegan hasta Lucena con la intención de encontrar un puesto de trabajo. A sus difíciles condiciones de vida habituales se suma en este caso el frío, más aún en una ciudad como Lucena que carece de cualquier tipo de albergue para cubrir estas necesidades.
Antonio Moyano, miembro de la asociación Amigos de la Escuela, los conoce bien. "Vienen cada mediodía al comedor social y también los vemos en el centro de atención a transeúntes del Ayuntamiento de Lucena, ubicado en los bajos de la Plaza de Toros, desde donde les ayudamos en lo posible, proporcionándoles mantas o sacos de dormir, pero la noche es muy dura en esta época del año", señala Moyano, profesor y director durante muchos años del colegio el Valle y voluntario en distintos colectivos sociales que trabajan con los más desfavorecidos.
"En este momento tenemos controlados unos 16 o 18, en su mayoría marroquíes, aunque también sudamericanos e incluso españoles. Vienen con posibilidad de trabajar, pero carecen de vivienda y resulta casi imposible conseguir un alquiler para ellos en Lucena, pese a que desde la asociación estamos dispuestos a garantizar cualquier impago o desperfecto que pueda producirse", señala Moyano. Ante esta situación se distribuyen por la estación, la caseta de Cruz Roja, cocheras, cajeros de bancos, obras o parques públicos para pernoctar.
El principal apoyo municipal a estos temporeros llega desde el centro de atención a transeúntes de la Plaza de Toros, abierto los lunes, miércoles y viernes de 4 a 7 de la tarde y los martes y jueves de 10 a 1 del medio día, siendo atendido por un mediador social, una limpiadora y dos voluntarios de la asociación Amigos de la Escuela. "Allí van a ducharse y asearse, lavar la ropa, merendar y, sobre todo, para tener un rato de conversación con los demás", apunta Antonio Moyano, que lamenta que "en más de 20 días" haya sido imposible encontrar viviendas en alquiler para que se alojen en Lucena. "Ellos pueden pagar un alquiler, pero no hay forma de conseguirlo", por lo que la posibilidad de dormir bajo techo y abrigo se reduce a ir algún día a algún hostal, pagado como recurso de emergencia, por los Servicios Sociales municipales, aunque no todos están dispuestos "por temor a que les quiten sus escasas pertenencias, alguna colchoneta, alguna manta, algún útil de cocina... del sitio donde descansan habitualmente".
Desde Amigos de la Escuela han pedido al Ayuntamiento que estudie la posibilidad de disponer una nave industrial sin uso como alojamiento temporal. "La disposición es buena, pero tampoco resulta fácil, debido a la burocracia y la necesidad de que cualquier alojamiento cumpla con toda una serie de requisitos administrativos", lamenta Moyano.
Así lo confirma la concejala de Servicios Sociales, Irene Aguilera, que señala que desde el ayuntamiento se contempla con preocupación y cierta impotencia esta situación. "Estamos trabajando en la puesta en marcha de un recurso de alojamiento, pero eso es una solución a largo plazo, que pasa por buscar el lugar idóneo, redactar un proyecto y encontrar alguna línea de subvenciones que nos permita acometer las obras", indica la edil popular, que explica que en las últimas semanas se han mantenido varias contactos para encontrar una alternativa inmediata que no parece fácil. De hecho, el próximo viernes habrá una nueva reunión del área de Bienestar Social con las asociaciones Lucena Acoge y Amigos de la Escuela para estudiar alternativas, que podrían pasar por que sea alguno de estos colectivos quien lidere la habilitación de un espacio que permita pernoctar a estos transeuntes durante este periodo, tras constatar con los servicios jurídicos municipales la imposibilidad de que sea el ayuntamiento quien disponga un alojamiento provisional que difícilmente cumpliría con la normativa vigente. Aguilera recuerda que el ayuntamiento ya intentó reconvertir en albergue la antigua vivienda del Cementerio Municipal Virgen de Araceli, acordando su gestión con Lucena Acoge, que incluso llegó a realizar una inversión para adecuar el inmueble, resultando finalmente que el local no cumplía con la normativa para este uso.
Entre tanto llegan las soluciones, el invierno y el frío han hecho acto de presencia, y algunos de los temporeros que vienen hasta Lucena buscando una oportunidad de empleo en la campaña olivarera, deben seguir durmiendo en la calle.