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Como anunciamos ayer, esta mañana se han iniciado los trabajos de mejora de la seguridad y adecentamiento en la fachada de la vivienda de la calle Flores que viene siendo objeto de polémica en dos dos últimos años por su avanzado estado de ruina y el conflicto que mantienen sus propietarios con la Gerencia de Urbanismo respecto a la necesidad de conservar de la primera crijía de la misma y la fórmula más adecuada para hacerlo.
Urbanismo instó a la promotora propietaria a acometer de forma urgente estos trabajos. La decisión se produce después de que se hayan detectado nuevamente pequeños desprendimientos hacia la calle, que motivaron esta semana una visita de los técnicos acompañados por los propietarios.
A todo ello se suman los problemas que esta situación está ocasionando a los vecinos de las viviendas adyacentes y especialmente a una de ellas, que ha sufrido importantes daños derivados de la aparición de grandes humedades e incluso algunas rajas en sus paredes, situación que vienen denunciando ante la empresa y la Gerencia desde hace varios años. soin que hasta ahora se les hayan ofrecido soluciones. Precisamente esta mañana, técnicos de la Gerencia y de la promotora propietaria del inmueble visitaban la vivienda afectada, después de que su dueña pidiese explicaciones sobre la actuación a realizar y obstaculizase el paso de la maquinaria. La promotora se ha comprometido verbalmente a hacer frente a los daños ocasionados.
DOS AÑOS DE PROBLEMAS
Ya en enero de 2011, la Gerencia obligó a colocar unas vallas de protección ante el riesgo de desprendimientos en esta vivienda, que fue propiedad de la familia Torres Longo, y posteriormente adquirida por una promotora local para la edificación de viviendas. La crisis inmobiliaria no ha permitido su rehabilitación y el paso del tiempo ha ido degradándola hasta su actual estado. Además, se da la circunstancia de que la fachada del inmueble cuenta con la máxima protección en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y cualquier actuación sobre el mismo pasa necesariamente por preservarla. El problema radica en que para proceder al derribo es necesario la consolidación previa de la fachada y primera crujía. Dada la estrechez de la calle, si dicha consolidación se realiza exteriormente el tránsito peatonal se vería muy reducido y las procesiones no podrían pasar por este tradicional punto en un largo tiempo. Por otra parte, la conservación de la fachada desde el interior del inmueble sería mucho más costosa y la empresa es reticente a llevarla a cabo.
En 2011 la promotora propietaria ya fue apercibida del mal estado del caserón y obligada a llevar a cabo tareas de apuntalamiento interior del inmueble y enfoscado y aseguramiento de la fachada, medidas que se consideraron entonces suficientes para garantizar la estabilidad del edificio.
La empresa volvió a solicitar autorización de derribo total del inmueble en noviembre de 2012, a lo que la Gerencia se negó, recordando la obligatoriedad de mantener la primera crujía del edificio, que goza de máxima protección, negando nuevamente la posibilidad de colocar un andamiaje sobre la calle Flores o apoyado en el edificio de la Biblioteca Municipal y otorgando a los propietarios un breve plazo de tiempo para proceder al tapiado de las ventanas, la retirada las cornisas y elementos susceptibles de caer y la solución a los problemas de humedades generados en las viviedas adyacentes, medidas que según los técnicos de la propia Gerencia consultados, no se han efectuado, al menos en su totalidad.
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