La vendimia en el marco cordobés de Montilla-Moriles comienza en la madrugada de este miércoles, siendo la primera zona europea en empezar la campaña, con una previsión de aumento del 25% respecto a 2017, cuando se recolectaron más de 40 millones de kilos de uva.
En concreto, las primeras uvas cosechadas son las variedades blancas tempranas como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo y Moscatel, que producirán los primeros mostos con los que se harán los vinos jóvenes y a las que seguirán las variedades tintas y finalmente la variedad autóctona Pedro Ximénez.
Las primeras estimaciones sobre el estado de la cosecha en el marco Montilla-Moriles son optimistas y se prevé que, tras dos años de sequía, se recuperen las cifras de producción de campañas de años normales, dado que será mayor en aproximadamente un 25 por ciento en relación a la pasada campaña, que tuvo una producción de 40,3 millones de kilos de uva –35,8 millones de kilos de uva blanca y 4,5 millones de kilos de uva tinta–.
En cuanto a los precios, aún no se tienen estimaciones, pero sí hay que destacar que el estado sanitario de la uva es magnífico, por lo que la calidad de la cosecha es muy buena.
UN CULTIVO A MENOS EN LUCENA
Lucena no se sumará a la vendimia en el marco Montilla-Moriles hasta los primeros días de septiembre, cuando alcance su punto de maduración óptimo la variedad Pedro Ximénez. Según ha explicado a LucenaHoy el presidente de la Cooperativa Olivarera y Vitivinícola de Lucena, Francisco de Mora, en Lucena el cultivo ha ido perdiendo importancia paulatinamente, hasta el punto de que en estos momentos la superficie cultivada por los apenas cuarenta agricultores asociados apenas supera las 100 hectáreas. Son una tercera parte de las en torno a 300 Ha de cultivo oficialmente reconocidas por la Oficina Comarcal Agraria de Lucena. El resto, son, en su mayoría, terrenos que aparecen en las fichas oficiales como cultivados pero que no están en producción, sobre todo en zonas como La Torca, Zarpazo o Poleares.
La reforma de la Política Agraria Común (PAC), con sus fuertes subvenciones al arranque de viña en España y la mayor rentabilidad de otros cultivos han hecho que la mancha del viñedo lucentino se haya reducido drásticamente en favor del olivar y hoy sea casi residual. Baste un dato, en 2003, el estudio Diagnóstico del Sector Vitivinícola del Marco Montilla-Moriles, editado por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, reconocía la existencia en Lucena de 1.007 hectáreas de viñedo, con una superficie media por explotación de 2,7 hectáreas. Desde entonces el descenso ha sido vertiginoso.
Pese a todo, Mora ha señalado que las condiciones climatológicas este año, con abundantes lluvias y un verano cálido sin valores extremos darán como resultado una campaña excelente en calidad y cantidad, con una expectativa de recoger en torno a 800.000 kilos de uva, entre un 30 y un 40% por ciento más que en las últimas temporadas, marcadas por la sequía.
Debido a la caída de la producción y la escasa rentabilidad de realizar "in situ" el procesado de la uva, el fruto recepcionado en la Cooperativa de Lucena será trasladado como en años anteriores a otras cooperativas del grupo como "La Aurora" y "La Unión", en la vecina localidad de Montilla, para ser molturado, labor que hace algunos años, con una mayor cosecha, aún se realizaba en las instalaciones de Lucena.
Es la realidad de un cultivo social, que durante mucho tiempo proporcionó trabajo y riqueza a un importante sector de la población lucentina, como siguen recordándonos la media docena de bodegas que han llegado hasta nuestros días y que pueden presumir de numerosos premios y galardones internacionales.