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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
Propulsión a la historia del club al obtener un espacio en la fase de ascenso a Segunda División. Explosión de lucentinismo en la antesala del verano del año pasado. Lágrimas en Ponferrada. Recomposición del equipo después del adiós de futbolistas insignes como Javi Lara o Quini. Regreso a la cotidianidad al inicio de la campaña 2012-2013. Tiempos penosos al probar la amargura del vigésimo lugar de la clasificación. Reparación de la nave celeste mientras navegaba. Y vuelta a las alturas.
El Lucena finalizó el mes de marzo del año 2012 en el segundo lugar del grupo IV de Segunda División B. Ahora, se ha introducido en abril de los corrientes como tercer clasificado. Treinta y una jornadas disputadas en ambos casos. Hace un año, el líder era el Cádiz con 65 puntos en su haber. El Real Jaén pilota la liga en estos momentos con ocho puntos menos, 57 en concreto. Un dato que exhibe el cambio de tendencia entre una temporada y otra.
El cuadro de Rafael Carrillo, Falete, sumaba hace doce meses diez puntos más que en la actualidad. A pesar de ello, solo está un lugar más abajo que en aquellos tiempos. El Albacete, quinto clasificado provisionalmente en la campaña 2012-2013, acumula un puntos menos que en Lucena. El San Roque de Lepe, homólogo de los castellano-manchegos en estas mismas fechas del año 2012, distaba del Lucena en ocho puntos. Otra cifra que explica la disparidad entre ambas ligas.
Competitividad en el campeonato regular 2011-2012. Irregularidad extrema en la imperante. El Lucena, en idénticas circunstancias, había perdido solo cinco partidos hace un año. En esta ocasión, ha sido ya derrotado en nueve ocasiones. Con un rendimiento inferior al de la temporada pretérita, en esta se pueden conseguir éxitos iguales o superiores.
En este torneo ordinario, reinará aquel que incurra en un menor número de errores. El Real Jaén, un conjunto austero y escueto, está siendo el principal beneficiado de esta coyuntura. El Lucena, potenciado por una segunda vuelta sobresaliente, está dominando las etapas de la liga y su ubicación es excelente para retar a sus rivales y a sí mismo hasta la jornada trigesimoctava. Los sueños se piensan e imaginan. El Lucena está despierto y atento al devenir de la liga. La realidad se trabaja. Las opciones del conjunto celeste para duplicar su participación en la lucha por el ascenso no son oníricas, sino ilusionantemente auténticas.
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