Los mensajes de satisfacción y gratitud se agolpaban en las redes sociales del Campus Ciudad de Lucena instantes después de que concluyera del cóctel de despedida. La clausura de la cuarta edición es el vector que transporta las fuerzas hacia el alumbramiento del lustro. Javi Lara y Quini, embajadores de la élite desde el Eibar y el Rayo Vallecano, respectivamente, han compartido complicidades y goles con los treinta participantes de una iniciativa en la que el cuero y la diversión coexisten simultáneamente.
Desde el 30 de junio al 3 de julio, entusiastas del balompié de entre 5 y 15 han asistido a siete entrenamientos en el estadio Ciudad de Lucena. José Antonio Pineda y Fran González se encargaron de los más pequeños con juegos orientados a la psicomotricidad en los que siempre predominaba el balón. Los inscritos cuya edad sobrepasaba la decena se reunían alrededor de Antonio Sarmiento, técnico de nivel III, y recibían conocimientos superiores relativos a la táctica y a movimientos enriquecedores. Entre los palos, Sebas Moyano, exportero profesional y experto en esta demarcación, ha efectuado sesiones específicas.
Las treguadas concedidas por el esférico, la hierba, el larguero y los postes situaban a los menores restaurantes y diferentes lugares de entretenimiento como McDonald’s, Telepizza, las Piscinas Municipales, La Bodeguita del Casino, Cines Artesiete y Pádel Aries. De igual modo, el Hotel Los Bronces, complejo elegido para la pernoctación, habilitó una carpa recreativa y una piscina.
Los organizadores de la iniciativa se congratulan por la confianza que los padres les ofrecen anualmente y agradecen los convenios de colaboración suscritos con las diferentes empresas que conectan con el proyecto.
Una camiseta decorada con los nombres de aquellos que han encumbrado el IV Campus Ciudad de Lucena es el recuerdo material que emana de un acontecimiento que se perpetuará en la mente de unos niños que todavía conservan la sonrisa mientras relatan las experiencias vividas.
MANUEL GONZÁLEZ