Rodeado de quince futbolistas principiantes y empuñando la ilusión y confiado en forjar un compromiso grupal, Rafael Carrillo encendió este martes su cuarto ciclo como entrenador del Lucena CF. El experimentado técnico aprueba suceder a Juanlu Bernal y tutelar una aventura peligrosa e incierta. Y desde la publicación de su fichaje soporta la distancia e incluso el rechazo de quienes lo adulaban cuando aproximó al club repetidamente a la categoría de plata y lo clasificó en dos ocasiones para la Copa del Rey.
En el primer entrenamiento, combinó la exigencia y los gestos de complicidad y afecto con unos jugadores que han aceptado integrarse en la escuadra lucentinista aun sabiendo que es probable que en su cuenta corriente nunca se reciba un ingreso por su labor.
Por el momento, y después de que los impagos y las promesas rotas vaciaran el vestuario, continúan en la plantilla Gonzalo Prieto, Vega, Carraña, Soto, Montero y Juan Roldán. A ellos se han sumado entre otros, los porteros Cristian Agredano y el exbético Varela; y el extremo Miki Ruiz, quien ya coincidió con Falete tanto en el Lucena como en el Ciudad de Lucena. De igual modo, existen negociaciones con el central local Antonio Calzado y el atacante cordobés Álex Gil, exfutbolista de conjuntos como el Villanueva, el Pozoblanco y el Montilla. Ambos acaban de ganar la liga de Segunda División de las Islas Maldivas con el United Victory, regresan a España este miércoles y se pretende que se incorporen rápidamente al Lucena.
La seriedad de los rectores en el mantenimiento de unas condiciones adecuadas de trabajo es una de las peticiones que ha exigido Falete. En poco más de siete días, puesto que hay jornada intersemanal al empezar octubre, el Lucena recibirá al Gerena y al Atlético Sanluqueño y habrá de trasladarse a Alcalá. Tras la disputa de siete jornadas –aunque los azulones deben disputar todavía el encuentro aplazado frente al Arcos-, Rafael Carrillo acepta rescatar a un equipo que es decimoctavo en la clasificación del grupo X de Tercera División sin todavía haber logrado ninguna victoria.