El Lucena CF se retira de la competición. La junta directiva de la entidad -reducida exclusivamente al presidente Eduardo Bouzón en estas últimas semanas tras la desaparición del director general, Javier Martí Asensio- ha remitido un documento a la Federación Andaluza de Fútbol en el que manifiesta su decisión de renunciar a seguir participando en el grupo X de Tercera División. Las innumerables deudas acumuladas, la inexistencia de soluciones efectivas y urgentes, unos rectores inoperantes y ausentes y el alejamiento de la afición han conducido a esta institución deportiva de 47 años de historia a una situación insostenible y cuyo siguiente capítulo más probable es la disolución. El conjunto azulón solo ha completado la primera vuelta de la campaña y la FAF ha suspendido el encuentro previsto para este miércoles, 20:30 horas, contra el Guadalcacín.
Hace justamente una semana, y debido a la carencia de unas condiciones básicas para practicar el balompié, tanto el entrenador Rafael Carrillo como los componentes de la plantilla acordaron marcharse del equipo. El déficit de 8.000 euros registrado en la Federación impedía tramitar nuevas incorporaciones y, por lo tanto, la subsistencia de la escuadra lucentina en el campeonato regular –sin técnico y sin futbolistas- se antojaba inviable. Así, y ante la insistencia tanto del Guadalcacín –que pretendía lógicamente evitar un desplazamiento valorado en 1.0000 euros- como de los responsables de la FAF, el Lucena CF envió, a primera hora de la tarde de este martes 29 de diciembre el escrito mediante el que oficializa su despedida.
Los casi 400.000 euros exigidos por la Seguridad Social, un débito que frenaba, por ejemplo, la recepción de cualquier subvención pública, los distintos embargos judiciales, las reclamaciones económicas de antiguos entrenadores, jugadores y trabajadores y la incapacidad para alcanzar acuerdos de patrocinio con empresas privadas han oprimido a un club desprovisto de una estructura adecuada y de unos cimientos sólidos.
Desde que el tándem compuesto por Eduardo Bouzón y Javier Martí Asensio asumió la el poder, el desmoronamiento del Lucena ha resultado imparable. La junta gestora, un órgano que restauró la estabilidad presupuestaria y consiguió situar al equipo en dos fases de ascenso a Segunda División B y en la Copa del Rey, optó por traspasar los derechos federativos de la entidad el 4 de junio de 2014 y los dirigentes madrileños iniciaron una etapa de consecuencias aciagas.
Deportivamente, el Lucena ocupaba la penúltima posición de la tabla con 13 puntos, a 9 de una zona de permanencia marcada por el San Juan. Desde ahora, la sección de Andalucía Occidental de Tercera se reduce a veinte participantes. La normativa señala que los resultados computados hasta el momento por el Lucena se mantienen mientras que para el resto del ejercicio se fijará un tanteo único en base a la media de tantos encajados por el bloque azulón.
Fuentes del vestuario comentaron a LucenaHoy que para los próximos días se ha planteado una reunión destinada a rubricar las rescisiones de los contratos vigentes una vez que se concedan los respectivos reconocimientos de deuda.