Existen infinitas formas de celebrar una festividad. Múltiples actos, celebraciones, homenajes, o incluso el mero hecho de descansar en casa. Otra de ellas, aunque menos habitual, es mediante un partido de fútbol. Qué mejor manera de rendir tributo a Andalucía que con un encuentro del deporte rey entre dos equipos de la tierra. Y eso es lo que hicieron los jugadores del Ciudad de Lucena y de la Lebrijana, quienes se citaron en el estadio cordobés bajo un sol que iluminaba una fabulosa jornada matinal.
La escasa presencia esperada por parte del aficionado fue similar a la cantidad de ocasiones que disfrutaron ambos conjuntos. El club sevillana construyó una numerosa y contundente línea defensiva en su centro del campo que los locales no lograban rebasar. Protegidos atrás repelían cada acercamiento y negaron cualquier intento de balón filtrado por los aracelitanos, quienes no sacaban rédito a su superioridad y control del juego.
Pasada la media hora, la tranquilidad que emanaba este primer asalto se volteó por completo. Parecía que nada podía ocurrir, pero un despeje fallido en el área de Molero dejó el balón sin dueño y sin rumbo. La disputa de este se saldó con Juanma abatido sobre el césped tras la rozadura en su pierna de Cabana y con el árbitro señalando la pena máxima. Los reclamos y protestas celestes no impidieron el tanto de Juanito, quien burló al guardameta con un tiro al lado contrario.
La ley del mínimo esfuerzo daba sus frutos a un cuadro sevillano que reprodujo la misma imagen tras el paso por vestuarios. Basculaban de lado a lado y tapaban todos los huecos posibles. Menos el que trazó Manu Reina. El mediapunta festejó este 28-F con su primer gol en casa gracias a un testarazo en el área chica. El malabarista Torralbo caracoleó en línea de fondo y sirvió la asistencia que iba a significar las tablas en el marcador.
La categórica y ejemplar puesta en escena de los visitantes en los primeros compases se fue diluyendo con el paso de los minutos y las constantes acometidas celestes. Estas fueron capitaneadas por Marwan, quien avisó en el primer tiempo con un gol en posición antirreglamentaria y en la segunda con un cabezazo al larguero.
El azar no estaba de su lado, pero un fallo inoportuno le concedió otra oportunidad. Juan, último hombre en la defensa lebrijana, se trastabilló y perdió la posesión en salida de balón. Por ahí andaba el marroquí, siempre astuto, bien posicionado y con una velocidad explosiva. Dejó atrás a sus perseguidores y se plantó en el área rival. Allí lo esperaba el guardameta Manu, quien nada pudo hacer ante la impecable definición por el palo corto.
El ariete estaba hambriento y quería más. Volvió a montarse en su bólido y recorrió medio campo por la línea de cal mientras sentía el aliento de su marcaje. Esta vez Manu salió victorioso del mano a mano, pero el peligro que suscitaba Marwan apaciguaba los intentos de la Lebrijana, incapaces de amedrentar en todo el partido al arquero local.
El descuento no dio lugar a cambios en el luminoso. Remontada y carga de energía para los locales, quienes obtienen por primera vez en esta campaña las tres victorias consecutivas, mientras que la U.B. Lebrijana atesoran la misma racha pero de derrotas.