La puesta a punto ha comenzado. Tras la realización de varios entrenamientos con las nuevas incorporaciones encargadas de llevar a este nuevo Ciudad de Lucena a alcanzar sus objetivos, la plantilla dirigida por Dimas Carrasco se enfrentaba a su primera presa. Esta, procedente de Porcuna, pisó el estadio lucentino con la tarea de seguir engranando sus piezas de cara a la nueva temporada y, además, arruinar el estreno de su rival ante su afición.
El nuevo entrenador celeste incluyó en su once de inicio a tres de las cuatro piezas que se han mantenido un año más en la plantilla, Germán, Cristian y Mario. Este último fue de lo más destacado del encuentro al ejecutar con precisión las premisas del míster: intensidad, verticalidad y velocidad.
Estas exigencias dieron sus frutos a los veinte minutos del encuentro. Una rápida recuperación propició que Pavón recibiera cerca del pico del área y, tras una formidable circulación, le sirvió el gol a Erik Aguado, quien materializó su primera ocasión con la remera lucentina efectuando un disparo cruzado.
La apertura del marcador animó a las dos escuadras a acercarse a sendas áreas. No obstante, el equipo porcunense, más necesitado por la desventaja en el luminoso, no dispuso de la puntería necesaria para superar a un serio Javi Cuenca. La participación del guardameta solo se vio empañada con un fallido intento de salir con el balón jugado desde su portería, aunque finalmente solo quedó en un suspiro satisfactorio para los allí presentes.
Al igual que en el primer acto, el gol de la segunda parte se demoró otros 20 minutos. En este caso fue favorable al equipo visitante, quien veía como la entrada de varios suplentes frescos surtía efecto. Estos sustituyeron el dominio celeste por una mayor facilidad y clarividencia para superar líneas rivales y merodear con mayor asiduidad el área contraria.
En una de estas, el extremo visitante sorteó a su marca para llegar a línea de fondo y telegrafiar un centro a su compañero Niko. El 8 visitante se lanzó en plancha y con un testarazo moderado pero ajustado envió el cuero a la red. Las tablas en el marcador provocaron la reacción del cuadro local, pero sus errores e imprecisiones impidieron la celebración del gol deseado.
Con más corazón que cabeza el encuentro fue derivando hacia un empate definitorio. Un resultado acorde con el concepto de amistoso pero que supo a poco dada la ilusión que respiran los aficionados celestes. Esta ilusión se podrá ver incrementada con la sucesión de entrenamientos y partidos preparatorios, siendo el siguiente en el mismo escenario y contra el Club Deportivo Agroisa Huétor Tájar.