Unos 400 espectadores se dieron cita esta tarde en el estadio Ciudad de Lucena para presenciar uno de los derbis del sur de Córdoba más apasionantes. Una fecha marcada cada año en el calendario liguero que, aunque en esta ocasión iba a ser diferente al tener aforo limitado, se ha vivido con el mismo entusiasmo e intensidad.
Dos aspectos que tanto Ciudad de Lucena, segundo clasificado, y Salerm de Puente Genil, quinto en la tabla, reflejaron desde el pitido inicial con una propuesta similar de juego basada en el dominio de la posesión para crear ocasiones.
La primera oportunidad llevó la firma rojinegra de Salva Vegas, al que le respondió Juan Delgado por partida doble y a la media hora Salvi a balón parado, aunque todas ellas carentes de precisión. Sin embargo, la más clara estuvo en las botas de Michael Conejero, quien aprovechó el desconcierto dentro del área pontana para forzar la estirada providencial de Cristian.
La segunda parte fue una prolongación de la primera, puesto que el Ciudad de Lucena mantuvo un mayor control sobre el cuero pero sin encontrar las armas para hacer sangre a un Salerm Puente Genil cómodo en el repliegue defensivo y valiente a la hora de rearmarse. Así llegó su primera aproximación tras el descanso, en la que Gato se encontró con la reacción de Lázaro a su tiro cruzado.
La igualdad en el marcador se mantuvo hasta la recta final, cuando tras varios despejes consecutivos a la salida de un saque de esquina favorable al Salerm Puente Genil el cuero desembocó en el jugador con más pólvora de la categoría, Ezequiel Lamarca, quien sacó su fusil para perforar las mallas.
El gol supuso un jarro de agua fría para el Ciudad de Lucena, cuya reacción en el ocaso del encuentro no fue suficiente para rascar un punto. Un resultado que, además de alejar sus aspiraciones al primer puesto, rompe con una racha de dos años sin conocer la derrota como local. Aún así, el hermanamiento con la afición, reflejado en la ovación final, sigue intacto; lo más valioso en esta atípica temporada.