No se vaticinaba un encuentro nada sencillo para el Ciudad de Lucena. Sus visitas al estadio Antonio Almendro nunca habían sido positivas para los celestes, quienes recibieron una goleada de cuatro goles en la última ocasión. Esta vez, mucho más prevenidos, iba a ser diferente, sobre todo gracias a la solvencia defensiva que mostraron desde el comienzo.
Con todos los efectivos recuperados, Dimas volvió a confiar en Juan Delgado para la punta de ataque. El fichaje veraniego comenzó la temporada con la pólvora mojada, pero eso ya es historia. Al igual que en el anterior encuentro contra el Córdoba B, el ariete abrió la lata en la primera parte, esta vez tras una gran jugada iniciada por Mario Ruiz y mediada por el servicio decisivo de Nacho Fernández.
El equipo se fue al descanso con la satisfacción de haber controlado casi todos los tramos del primer acto. Un dominio que se iba a mantener en la segunda mitad, donde los visitantes sometieron a su rival con buen juego y con pegada. El siguiente llevó la firma de un Nacho Fernández que traspasó al guardameta para enviar el balón a la red tras otra fructífera asociación con Mario Ruiz.
Con el marcador a favor, Dimas dio ingreso a dos efectivos recién recuperados por lesión, Víctor Morillo y Maikel Conejero, quienes obraron el último tanto del encuentro. Este último, con solo un minuto sobre el terreno de juego, transformó la asistencia enviada por Morillo desde el lateral, poniendo así el broche final a un duelo muy completo de conjunto lucentino.
Este resultado ante el líder hace que el Ciudad de Lucena le robe la posición para encabezar la tabla en un momento determinante, ya que los celestes no jugarán la siguiente jornada por descanso. Un período merecido para un equipo mermado por las lesiones en este inicio liguero pero que su asimilación de conceptos, polivalencia y sacrificio está consiguiendo que encuentre su mejor imagen.