La Cofradía Franciscana de la Pasión llenaba la noche del Lunes Santo lucentino. La hermandad partía minutos antes de las 7 de la tarde de la iglesia de la Madre de Dios con sus tres pasos: el Cautivo de Medinaceli, recién restaurado por Manuel Espejo y Miguel Ángel Sánchez, atribuido hasta ahora al imaginero local Pedro Muñoz de Toro, y, finalmente, obra del granadino Diego de Ramos en 1713; Nuestra Señora de las Angustias –"La Piedra"– del imaginero Blas Molner; y la imagen de María Santísima de la Pasión y Ánimas, de escuela sevillana y autor anónimo, de comienzos del siglo XVIII. MedinaceIi fue mandado este año por Lucas Gomez Hurtado, mientras que Leopoldo Mata Jiménez fue manijero de María Santísima de las Angustias y bajo el paso procesional de María Santísima de la Pasión y Ánimas, trabajó la cuadrilla de santeros de Juan Redondo López.