Otra vez los lucentinos se volcaron con su Patrona. Multitudinario resultó el traslado procesional de María Santísima de Araceli desde San Mateo hasta San Pedro Mártir.
Tras la misa de despedida, la Virgen de Araceli salía de San Mateo en el espléndido trono de la Virgen de la Estrella, de la Cofradía de la Oración en el Huerto, sin el habitual palio y luciendo saya y manto blancos de la Coronación Canónica.
Antonio Maíllo Servián, vicemayordomo de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli y miembro de la Venerable Cofradía de María Santísima de la Aurora, mandó a la cuadrilla formada por la práctica totalidad de la Junta de Gobierno de esta segunda cofradía, designada para llevar a la Patrona de Lucena ante Ntro. Padre Jesús Nazareno en una tarde primaveral.
Emotivo el paso de la Virgen ante la iglesia de Santo Domingo, donde se instaló un altar recordando también al mártir lucentino Raimundo García Moreno y las cofradías que tienen en esta parroquia su sede salieron a las puertas del templo para recibir a la Patrona de Lucena o el multitudinario encuentro con el barrio de la Aurora, repletas de fieles sus calles, cargados de colgaduras sus balcones, cargados de devoción los corazones de sus vecinos, que recibieron con entusiasmo a la Virgen de Araceli en este lugar encuentro, saludado con cohetes y cantos de los Campanilleros a las puertas mismas de la pequeña ermita, en cuyo cancel fue depositada la Virgen de la Aurora, enmarcada por un arco de flores.
Y como broche, la llegada a un llanete de la Capilla repleto de público , como en las grandes ocasiones, para recibir a la Madre Dulce y Buena o el solemne recibimiento en el interior del templo.
En esta ocasión para la historia la última vez que la Virgen de Araceli estuvo en San Pedro Mártir fue en 1840 acompañaron a la Virgen la Agrupación Musical Stmo. Cristo de la Humillación y Servitas y la Banda de Música de Lucena.
Desde hoy y hasta su despedida definitiva de Lucena, el próximo domingo, para subir en festiva romería a la Sierra de Aras, la Virgen permanecerá en el altar mayor de San Pedro Mártir, junto a Ntro. Padre Jesús, convirtiendo al recuperado templo dominico en centro de las idas y venidas de los lucentinos en lo que se ha denominado Semana con Jesús y María, con una larga de serie de actos programados de los que les damos cuenta en otra información.
