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Tarde de lluvia en este cuarto domingo de Cuaresma. Tarde de paraguas, pero también de aromas de Semana Santa, de colas de gente en la calle y estampas de Cristos y Vírgenes. Tarde de trajes y corbata, de conversaciones cofrades durante el café y nervios santeros ante la cita que se aproxima, de lágrimas en muchos ojos y miradas embelesadas en otros.
En seis templos, los titulares de otras tantas cofradías lucentinas abandonaban momentáneamente sus altares para bajar al encuentro de sus fieles sobre 'escenarios' de lucido montaje por parte de las hermandades, en una competencia sana de estilo y plasticidad, entre nubes de incienso, banderas, estandartes y los mejores enseres de cada casa, dando lugar a bellísimas estampas mil veces fotografiadas, que beben de una antigua tradición de gran significado sentimental y cofrade.
Besos de amor, de fidelidad, besos de afecto o gratitud, de reconocimiento o admiración a Cristo y su madre, la Santísima Virgen María.
Ni siquiera la lluvia, intermitente pero persistente durante toda la tarde, ha sido obstáculo para que cientos de lucentinos hayan optado por salir a la calle y cumplir un año más con la tradición de la visita a los templos para cumplimentar a los titulares de su cofradía en el devoto besamanos o besapié. Cuadrillas de santeros completas, familias con sus niños y devotos en general se han dado cita en las iglesias de Santiago o las Filipensas, de San Mateo, Santo Domingo o Los Frailes, o en la coqueta ermita alcantarina de la Sagrada Familia, dominando la ciudad desde el altozano del Valle.
En todos ellos un mismo sentimiento en esta Cuaresma que entra en su recta final, y que hace que comiencen a contarse ya casi con los dedos de las manos los días que restan para que la Pollinita abra las puertas de San Mateo para saludar a nuestra Semana Santa.
Les ofrecemos a continuación una selección de las fotografías que el equipo de LucenaHoy ha tomado en cada una de las iglesias que celebraban besamanos o besapiés: multitudinario el del Señor de la Columna, envuelta la imagen altiva de Cristo en brumosas nubes de incienso bajo la atenta mirada de la Virgen de la Esperanza en lo mas alto del altar; barroco y austero a un tiempo el de la bellísima imagen de Ntro. Padre Jesús de la Bondad, aguardando a sus devotos entre cuatro altos cirios nacarados; marcial el del Señor de la Humillación, escoltado por cuatro miembros de su Agrupación Musical, gorra en mano, sobre los oros del retablo mayor de San Mateo; serio, adusto, sobrecogedor el del impresionante Crucificado de la Sangre, interminable sobre su cruz en ese escorzo permanente de agonía; intenso el de la Virgen de la Pasión, entre los arabescos que dibujaba su candelería ante el altar mayor de Los Frailes, rodeada de los tesoros imagineros del templo franciscano, observada por el Crucificado de la Pasión, el Derribo en su última Cuaresma lucentina, la Virgen de Piedra con Cristo yacente en su regazo, o Medinaceli, saludando a los fieles desde el atrío de la iglesia; hermoso, por fin, en su humildad el de Ntro. Padre Jesús del Valle en la coqueta ermita advocada a su Madre, frente a la Virgen de la Amargura.
Esperamos que disfuten de las imágenes con las que cerramos este fin de semana desde el punto de vista informativo.
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