Incluido dentro del amplio programa de actos conmemorativos del Centenario Fundacional de la Cofradía de la Sangre, este domingo se celebraba el Rosario de la Aurora por las vocaciones con María Santísima del Mayor Dolor.
La procesión partía de su templo de Santo Domingo de Guzmán a las 9 de la mañana, siendo portada sobre unas andas por los componentes de la Vocalía de Juventud de la cofradía. María Santísima del Mayor Dolor lució un espléndido manto de terciopelo azul bordado en oro fino, perteneciente a la Nuestra Señora de la Encarnación Coronada de Sevilla, cedido para la ocasión por la Hermandad de San Benito de Sevilla, con la que está hermanada la cofradía lucentina. Acompañó a la Virgen un cuarteto de música de capilla.
Desde la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, la comitiva se dirigía hasta la Iglesia Conventual de San Martín, de Madres Agustinas Recoletas, donde a las 10:30 de la mañana se celebraba la Santa Misa, oficiada por el Rvdo. Padre Fernando Martín Gómez, Párroco de la Sagrada Familia de Lucena y Capellán del Convento agustino recoleto. Sin embargo, la lluvia impidió que la Virgen pudiese regresar a su templo a las 11:30, como estaba previsto. Aunque inicialmente la cofradía decidió aguardar hasta la una de la tarde, y después aguardar media hora más buscando una situación meteorológica más propicia, la persistencia de la lluvia aconsejó permanecer en el templo conventual.
En las próximas horas la cofradía comunicará el día y hora para que la Virgen, que ha quedado custodiada por la orden de monjas Agustinas Recoletas, vuelva a Santo Domingo.
Cerrando el acto, los Campanilleros de la Aurora, que tenían previsto acompañar a la Virgen hasta su templo, pasando por la Capillita de Ntro. Padre Jesús Nazareno y por la ermita de la Aurora, interpretaban algunos de sus cantos, concluyendo esta actividad con la Salve Solemne.