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Nazareno de Amor, sí, de Amor, que cargas tu cruz a cuestas para redimir al mundo, ¿hay más entrega de amor?
Durante toda la jornada de este Domingo de Pasión el dulce nazareno blanco del Amor espera a los píes del altar mayor de la Parroquia de San Mateo Apóstol. Una lástima que sea en un lateral y no donde debiera, que es en el centro, porque el Hijo de Dios necesita estar en el lugar predilecto, presidiendo la Parroquia, aunque esto no es culpa de su cofradía.
Durante toda la jornada de este Domingo de Pasión el dulce nazareno blanco del Amor espera a los píes del altar mayor de la Parroquia de San Mateo Apóstol. Una lástima que sea en un lateral y no donde debiera, que es en el centro, porque el Hijo de Dios necesita estar en el lugar predilecto, presidiendo la Parroquia, aunque esto no es culpa de su cofradía.
Permanece Jesús presto a recibir el beso de amor en sus píes, cansados del duro caminar. Todo en Él nos recuerda al amor, desde su título a la mansedumbre con la que carga la cruz hasta su rica túnica bordada con alegorías al amor de Dios, al amor sacramental, el pelícano que se abre el pecho y da de comer a sus crías, la custodia, el cordero... ¿necesitamos más simbología sacramental y de amor?
Siempre el nazareno de blanco, el de cada Martes Santo, con su aúrea corona de espinas y su peculiar cruz. Ese Dios de tan personal, con tanta fuerza y humildad a la vez, ese rostro de Alonso Cano que conmueve a todo el que lo contempla, Nazareno del Amor.
Jesús Ruiz Jiménez "Gitanito"
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