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Cuando las puertas de la Capilla se cierran, allá por el Llanete del Señor, siempre queda encendido ese Faro Erguido, con Su mano en ademán de bendición que cuatro veces al año nos señala la salvación de la Cruz, quien siempre permanece, el que día tras día vela el sueño de su Pueblo, en el que tantos lucentinos de aquí o allende los predios de Aras Lo piensan y Lo sueñan, se encomiendan a Él, nunca deja a su Pueblo, nunca Lo abandona, es su sustento, su Fe, su llanto y su quebranto. Allá por el Llanete de los Sueños, el Llanete de las Seis de la Mañana, el Llanete del Escalofrío, el Llanete de los sones del Torralbo, el Llanete de las Lágrimas derramadas...siempre permanece y aunque sus puertas no estén abiertas, siempre tras sus Mirillas, se atisba, se siente, se Le habla, se Le llora, se Le ríe, se Le pide, se Le regaña incluso, Benditas Mirillas del Alma del Llanete de la Capilla donde de rodillas tantas veces se Te implora cuando la noche queda sóla, fría y callada.
JESÚS RUIZ JIMÉNEZ 'GITANITO'
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