En torno a un centenar de hermanos de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli han aprobado este domingo que la imagen de la Virgen de Araceli y su Niño se sometan a una restauración con la premisa de que no pierdan su identidad, según ha indicado la entidad aracelitana en una nota de prensa.
Así se ha determinado durante la celebración de la Junta General de la cofradía aracelitana, celebrada en la iglesia de San Mateo. En el transcurso de la misma el hermano mayor, Rafael Ramírez Luna, explicó a los asistentes que en el año 2016 la restauradora Ana Infantes realizó un primer estudio de la imagen de la Virgen en el que se ponía de manifiesto el mal estado de conservación de la efigie y se aconsejaba su restauración, una opinión que se ha visto reforzada tras el reconocimiento efectuado el pasado año por técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio, que aconsejaron la realización de un estudio más amplio para cuantificar la intervención necesaria.
Según Rafael Ramírez para acometer la restauración "se contratará a uno de los mejores restauradores, elegido por la Obra Pía, la Junta de Gobierno y una comisión de técnicos especializados". El equipo designado realizará un análisis pormenorizado de la imagen y un proyecto de intervención, que se presentará a la convocatoria de subvenciones de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico para la conservación-restauración e inventario de bienes del patrimonio histórico de carácter religioso, al objeto de obtener una ayuda para la financiación de la actuación.
Sobre la intervención, Rafael Ramírez ha destacado que se exigirá al restaurador que "se realice una consolidación de la talla, manteniendo su identidad" y se realizará un contrato de confidencialidad para que no se publiquen fotografías del proceso de restauración.
Por otra parte, el hermano mayor destacó que la actuación se diseñará de forma que su ejecución no coincida con fechas señaladas en la devoción aracelitana, e intentando que la Virgen de Araceli no salga de Lucena.
La Fundación Obra Pía de María Santísima de Araceli, propietaria de la imagen y quien ostenta la facultad para autorizar la intervención, aprobó la semana pasada la restauración supeditándola a la decisión de la Junta General de hermanos de la Real Archicofradía, que con su aprobación ha permitido hoy el inicio del proceso de restauración de la Patrona de Lucena.