"El patronazgo de la Virgen del Pilar transmite primero el servicio y luego la autoridad". El párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, José Ocaña, explicó, durante la homilía de la eucaristía en honor a la Patrona de la Guardia Civil, el significado y el origen de la vinculación entre la citada advocación mariana y la Benemérita.
Como cada 12 de octubre, la comandancia lucentina del Cuerpo de Seguridad Pública del Estado organizó una eucaristía en el templo carmelitano. La ceremonia comenzó a las 12:30 horas y a la misma acudieron el alcalde de Lucena, Juan Pérez; el capitán del puesto de Lucena de la Guardia Civil, Antonio Quijano; la concejala de Seguridad Ciudadana, María del Mar Morales; el inspector jefe de la comisaría Lucena-Cabra de la Policía Nacional, José María Tocornal; el inspector jefe de la Policía Local, Rafael Blancar; miembros de la corporación municipal y numerosos guardia civiles.
Miembros de una institución cuya principal misión es garantizar la protección de los ciudadanos frente a los actos delictivos participaron en el desarrollo de la liturgia, así como familiares de los integrantes de la unidad territorial básica de Lucena.
José Ocaña, quien bendijo las condecoraciones que recibieron dos guardias civiles, leyó un texto del evangelio según San Lucas en el que Jesús afirmaba que "dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan". En su plática, señaló que, desde 1813, "la Guardia Civil tiene como protección a la Virgen del Pilar, un siglo y un año más, en los que Ella ha ido derramando bendiciones, gracias y favores a todos su Hijos y los ha amparado bajo su Manto y su Mirada".
Del mismo modo, indicó que "La Virgen está encima de una columna porque Ella es merecedora de algo importante y muestra su Fe, servicio y fidelidad, tres verdades que corresponden al ministerio y sacrificio de la Guardia Civil". José Ocaña insistió en que "la autoridad es el servicio a los demás y que la autoridad de Jesús es servir a los demás, ese es el gozo y la alegría".
MANUEL GONZÁLEZ
