Entre las casualidades prevaleció la Fe. "Hace cuestión de tres años no íbamos a tener absolutamente nada aquí y hoy presentamos una Casa Hermandad muy acabada". La Cofradía del Cristo del Amor, Nuestro Padre Jesús de la Crucifixión y María Santísima de la Paz inauguró en la noche de este sábado un espacio para abrir la asociación religiosa del Martes Santo al pueblo de Lucena, en primer lugar, y a los visitantes interesados en conocer la Semana Santa de la localidad en cualquier fecha.
Respaldado por el alcalde de Lucena y miembro activo de la cofradía-, Juan Pérez, y por Juan Parejo, uno de los fundadores, el hermano mayor, Antonio Alba, presentó el proyecto "más ambicioso" en la última etapa de su segundo mandato antes de que concluya la misión en los próximos meses.
David Aguilera Malagón, vicario episcopal de la Campiña, bendijo una Casa Museo situada en el número 24 de la calle Viana. Anteriormente, y para celebrar la festividad de Nuestra Señora de la Paz, ofició una eucaristía en la iglesia parroquial de San Mateo.
"Había otras prioridades cuando se compraron estos 400 metros en el año 2012", explicaba Antonio Alba. En sus 46 años de historia, la corporación del Amor y la Paz se ha distinguido por priorizar la posesión de una sede. Inicialmente, utilizó "una casa sencilla" en la calle Antón Gómez y, previamente a su reciente traslado, compartió ubicación en un local de mayor extensión con la cofradía de la Humillación en el barrio de La Estrella. La venta de esta última propiedad es decisiva en la compra del inmueble ahora convertido en las entrañas de la hermandad.
Antonio Alba resalta como una de las virtudes del nuevo domicilio la posibilidad de mostrar "el gran patrimonio" de la cofradía. Una recepción con servicio de barra, un salón de actos insonorizado y dotado de medios audiovisuales concebido para encuentros y conferencias y el área expositiva componen la Casa Hermandad.
La hermandad del Amor ha firmado sendos convenios con la Red de Ciudades Medias y Caminos de Pasión a fin de que este lugar sea un punto ineludible en el turismo religioso de Lucena. "Somos una cofradía humilde, con escasos medios económicos, pero un inmenso capital humano; en la Casa Hermandad hay muchas horas de trabajo de miembros de la junta de gobierno que nos han permitido que la realidad haya tenido unos costos asumibles", señala Antonio Alba.
El hermano mayor elige la conservación del espíritu de la cofradía "somos una familia, estamos juntos y vamos todos a una"- como su satisfacción primordial en el crepúsculo de su labor. "Es el legado que un día nos dejaron".
MANUEL GONZÁLEZ
