.
El licenciado en Conservación y Restauración, José Daniel Henares Paredes, presentó ayer en la iglesia de Santiago el resultado de la intervención de urgencia que se ha realizado durante los tres últimos meses para la consolidación de la imagen de Ntro. Padre Jesús Caído. El trabajo, considerado como la primera fase de una posterior restauración exterior, ha afectado de forma diferenciada a la imagen y la peana sobre la que se apoya.
Respecto a la primera, se ha llevado a cabo un estudio de la talla, realizada en ciprés, se han eliminado numerosos elementos metálicos antiguos y nuevos, se ha sustituido el sistema articular de los brazos y el sistema de cogida de la cruz, así como el sistema de sujección a la peana y se ha procedido a la reintegración cromática en las zonas en las que esta había desaparecido.
Más intenso ha sido el trabajo en la peana, formada por más de 50 piezas de madera, "restos de taller" de distinta tipología, en su mayor parte pino piñonero, muy atacado a lo largo de los años por xilófagos, y que presentaba galerías internas de hasta medio centímetro de diámetro. Según explicó Henares, el estado de esta peana era el principal problema de la imagen, ya que no garantizaba su estabilidad, lo que el pasado año provocó que la cofradía decidiese in extremis no realizar su estación penitencial.
Ahora la cofradía deberá decidir si sigue adelante con la restauración "exterior" de la talla, de escuela granadina y autor anónimo, proceso para el que sería necesario trabajar durante unos nueve meses más y que consistiría fundamentalmente en la eliminación de la repolicromía sintética aplicada en 1990 por Justo Romero y la recuperación de la original, de tonos más suaves a juzgar por las catas de limpieza que se han efectuado durante estos tres meses para el estudio de la imagen.
En el acto de ayer también se presentó el avance de las nuevas bambalinas del palio de la Virgen de la Salud, que ha bordado Cristobalina Muñoz Álvarez, de las que el próximo Jueves Santo se estrenará el frontal, con Cruz de Santiago en la caída central, que posteriormente pasará a la trasera, quedando en la delantera el escudo de la cofradía.
Realizadas a partir de un diseño de corte decimonónico del propio José Daniel Henares, las nuevas bambalinas están bordadas en hilo de oro, aplicado sobre terciopelo morado, y pretenden imprimir al paso de palio de esta dolorosa lucentina un carácter serio, fúnebre y solemne, buscando unas señas de identidad propias.
En los próximos días publicaremos un amplio artículo sobre estas dos novedades para la Semana Santa 2013 dentro de una serie de reportajes dedicados a las distintas cofradías lucentinas.
Nota: La foto corresponde a la proyección realizada ayer, de ahí su deficiente calidad y color.
.
