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La jornada del Jueves Santo en Santiago se cerraba con la salida procesional de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Caído y María Stma. de la Salud.
Tras el aciago 2012, cuando la lluvia se unió a los problemas para asegurar el paso del Cristo al trono, dejando en el templo a la cofradía, este 2013 era año de estrenos por partida doble.
De una parte la hermandad lucentina ha llevado a cabo una profunda restauración y consolidación de la imagen del hermoso Nazareno, obra de escuela granadina, del siglo XVIII, atribuida a José de Mora o José de Risueño, que preteneció a la antigua Cofradía de la Paz, uno de los troncos de los que bebe la Semana Santa actual. El trabajo ha sido realizado por el restaurador y escultor lucentino José Daniel Henares Paredes, que ha dado consistencia a la talla, dejando para más adelante la limpieza y restauración externa de la imagen, que representa a Jesús en una de sus primeras caídas, camino del Calvario, y se procesiona sobre un trono de metal plateado obra de los talleres de Juan Angulo.
Ayer, la imagen fue santeada por la cuadrilla mandada por José Antonio Ranchal. En sus esquinas estuvieron Mario Valcárcel, Paco Aguilera y Manolo Aguilera.
El segundo estreno de la cofradía era visible en el frontal del palio de terciopelo morado de María Stma. de la Salud, y era el avance de las nuevas bambalinas de estilo neoromántico, diseñadas también por Daniel Henares para el paso de una Dolorosa que también ha salido de sus gubias, sustituyendo a la imagen anterior, una antigua talla de gloria de Ntra. Sra. de la Paz, incorporada a la hermandad en 1987 como advocación dolorosa.
José Ángel Chacón, hermano mayor de la Cofradía del Cristo de la Humillación y Servitas, fue ayer su manijero, asistido en las esquinas por Francisco Medina Salud, Jesús Luna izquierda, y Joaquín Toledano mala.
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