Entre los múltiples puntos de interés de la ciudad para el mundo cofrade en este Domingo de Pasión se encontraba esta tarde la iglesia parroquial de Santiago. Cientos de devotos acudían al viejo templo de la judería lucentina para postrarse ante la mano de la Virgen de la Soledad. Elegantísimo y magnífico el altar de besamanos presidido por la reina del Sábado Santo lucentino para este acto, con el que se cierran los cultos cuaresmales celebrados durante los últimos días.
La Virgen aparecía hermosamente atavíada por su vestidor, Antonio Bejarano. Especial mención para los estrenos que presentaba la bellísima dolorosa de Álvarez Duarte, entre los que cabe destacar la mantilla que sirve como tocado a la Dolorosa; la cinturilla, con diseño de Javier Aguilar y ejecución de Mariano Martín Santonja, bordada en oro fino; así como los ciriales de acompañamiento a la cruz parroquial, salidos del taller de Gradit en Lucena.
Igualmente destacable el adorno floral, compuesto por cuatro jarras de orfebrería con orquídeas, tulipán, flor de cera y rosas akito, todo en tonalidades blancas y dos centros con fresias, flor de cera, tulipanes y clavellinas, también en color blanco, a los píes de la Virgen. En cuanto a la flor en el dosel que preside el señor sepultado lo componían cuatro jarras con clavel morado.
Las fotos son de Jesús Ruiz Jiménez.