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MANUEL GÓNZALÉZ
Este domingo falleció, en Lucena, Gaspar Villa Fernández, víctima de una despiadada enfermedad, a la edad de 50 años. Un profundo y convencidísimo cristiano. Un apasionado cofrade. Un experto santero. El temprano óbito de Gaspar Villa, procurador de los tribunales y corredor de seguros, conmocionó al ámbito cofradiero lucentino. El sepelio por el eterno descanso de su alma se celebrará este lunes a las 18:30 horas en la parroquia de Santo Domingo. La familia recibe las condolencias y los ánimos en el Tanatorio Bartolesis.
Este domingo falleció, en Lucena, Gaspar Villa Fernández, víctima de una despiadada enfermedad, a la edad de 50 años. Un profundo y convencidísimo cristiano. Un apasionado cofrade. Un experto santero. El temprano óbito de Gaspar Villa, procurador de los tribunales y corredor de seguros, conmocionó al ámbito cofradiero lucentino. El sepelio por el eterno descanso de su alma se celebrará este lunes a las 18:30 horas en la parroquia de Santo Domingo. La familia recibe las condolencias y los ánimos en el Tanatorio Bartolesis.
Gaspar Villa nació el 7 de diciembre del año 1962 en la calle Ballesteros de Lucena. Cursó sus primeros estudios en las escuelas de San Antonio, regentadas por los reverendos padres franciscanos, y en el colegio público 'El Poli'. Posteriormente, continuó su formación en las universidades laborales de Toledo y Córdoba. Junto con Conchi Antrás Roldán, su mujer, formó una familia guiada por los valores cristianos. Fruto de este matrimonio nacieron María Teresa y Gaspar.
'Siempre he considerado a la Virgen de Piedra como un miembro más de la familia. Durante los días anteriores al Jueves Santo -antiguamente esta imagen no salía en procesión el Lunes Santo- toda la casa se dedicaba a la preparación de su salida procesional. El goce con que vivíamos aquellas semanas solo era comparable con la llegada de los Reyes Magos'. Así se expresaba Gaspar Villa, en el año 1997, en la revista Torralbo, publicación editada por la Agrupación de Cofradías, institución que presidió en la década de los ochenta.
Además, perteneció como hermano de base a numerosas cofradías lucentinas. De igual modo, fue miembro de las juntas de gobierno de la Cofradía de la Santa Fe y también vicepresidente del órgano integrador de las hermandades lucentinas. Durante el mandato de Juan Antonio Parejo Pineda en la Agrupación de Cofradías, redactó, conjuntamente con Luisfernando Palma Robles, los estatutos de la citada corporación lucentina. Méritos, todos ellos, que, muy probablemente, le harán acreedor en un futuro, a título póstumo, del Premio Cofrade Manolo Ramírez.
Aparte de la Semana Santa de Lucena, pronunció los pregones de la Santa Fe, en el año 1987, el de la Virgen de Araceli de Córdoba y el de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el año 2009. Santeó en más de treinta ocasiones y mandó una cuadrilla tres veces. Por otro lado, ofreció multitud de charlas religiosas en distintos grupos y movimientos de la iglesia y siempre permaneció vinculado a la hermandad de la Santa Fe y a la Cofradía Franciscana de Pasión.
'El más grandioso pregón, el pregón con mayúsculas, es aquel que Lucena entera hace, vive y siente durante toda nuestra Semana Santa'. De este forma se expresaba Gaspar Villa, en las páginas de Torralbo, en el año 1997, fecha en la que anunció la Semana Santa de Lucena, acto en el que fue presentado por Francisco López Salamanca. Descanse en paz.
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