Esperanza y paciencia, maduradas con virtudes como la juventud, la ilusión, el reposo, la calma, la constancia y la Fe. Mario Iceta Gavicagogeascoa, obispo de Bilbao, trazó con estas y otras aptitudes el primer cuarto de siglo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, María Santísima de la Estrella y San Inocencio Mártir. La hermandad del Domingo de Ramos celebró este domingo 21 de junio una solemne eucaristía de acción de gracias por el vigésimoquinto aniversario fundacional.
El que fuera párroco de Santo Domingo hasta el 7 de enero del año 2007, en un servicio que se prolongó durante 29 meses, presidió una misa en la que lo acompañaron el sacerdote vaso José María Beriain Ecioalaza y el actual responsable de la feligresía, Nicolás Rivero Moreno.
El prelado vizcaíno, quien en su despedida de Lucena, hace ahora ocho años, llegó a afirmar que las cofradías "son el tejido cristiano que han impedido que Andalucía se secularice", recordó, en referencia directa a la asociación religiosa del Huerto, como observaba a "gente joven organizando cultos, preparando el altar con ilusión y con ganas de hacer las cosas bien".
Ante representantes de cofradías lucentinas y los presidentes entrante y saliente de la Agrupación, Antonio Díaz y Francisco Requerey, lamentó que en estos tiempos "se tienda a lo efímero, a lo inmediato" y que la personas "vivan con luces muy cortas". Por el contrario, sostuvo que en la Iglesia se contempla la actividad "a largo plazo", un estilo asumido por Lucena. "Lo que merece la pena se construye así", añadió. Igualmente, agradeció "a los que iniciaron la locura" de constituir una corporación pasionista que ya ha rebasado ampliamente la mayoría de edad. "Perseverar es de santos", remataba.
Antes del comienzo de la liturgia, Rafael Osuna Luque, secretario de la junta de gobierno de la Cofradía del Huerto, manifestó que era una "jornada de gozo". "Ofrecemos esta celebración por los seres queridos que nos han precedido y que disfrutan de la paz y presencia definitiva de Jesús y por todos los miembros que conforman la hermandad".
En su intervención, el hermano mayor, Francisco Osuna Luque, ensalzó "el papel primordial" de los sacerdotes que han guiado a la asociación religiosa que encabeza. "Aprendemos día a día". En especial, mencionó a Jerónimo Durán Baena, "un director espiritual que nos acogió y apoyó y con el que empezamos a hacer realidad nuestro sueño".
Analizando el futuro, auguró "nuevos retos con ilusión ante una sociedad cambiante que ha perdido los valores de la familia y respeto a la vida". Para concluir, se comprometió a colaborar "aún más con las Cáritas Parroquiales" –entidad con la que se ha concertado dos entregas de alimentos por esta efeméride- y a ser "mejores cristianos".
MANUEL GONZÁLEZ
