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Ayer, Miércoles de Ceniza, comenzaba el Alfa del Omega, el Principio del Final; tras la imposición de la ceniza de olivo haciendo la señal de la cruz en nuestra frente polvo eres y en polvo te convertirás en la Parroquia de Santiago daba comienzo el Vía Crucis del Señor Amarrado a La Columna, el Alfa de la espera.
Fue un vía crucis caracterizado por el recogimiento, pese a que las naves del templo se encontraban totalmente repletas de fieles. Una cita ineludible, sencilla, íntima, preciosa, ante la portentosa imagen de uno de los mejores, por no decir el mejor ejemplo de la iconografía barroca pasionista del pasaje, que podemos contemplar en Andalucía.
El Señor Amarrado aparecía sobre sus sencillas andas, perfectas para resaltar la talla sin que nada distraiga su atención, rodeado de ocho tulipas con codales rojos que iluminaban tenuemente el bellísimo simulacro.
El adorno floral lo componían cuatro pequeñas jarras con clavel rojo y en el centro de las andas, a los píes de la Imagen, un reducido centro de la misma flor. Abría el camino la cruz parroquial acompañada de dos ciriales, tal vez se echa en falta un pequeño cortejo con cirios o hachetas que acompañen la Imagen del Señor, aspecto que daría una mayor prestancia a este, ya de por sí, hermoso Vía Crucis.
Durante el recorrido por las naves de la Parroquia de Santiago el rezo de las estaciones estuvo a cargo de Araceli Parejo y Francisco Javier Pineda y la imagen del Señor fue portada por la cuadrilla de santeros que tendrá el orgullo y alto honor de procesionar la Imagen del Señor la tarde del próximo Jueves Santo, cuando el Llanete de Santiago se convierta en un clamor ante la salida atronadora del Cristo de la Columna, anunciada por el Torralbo.
Tras el rezo de las estaciones del Vía Crucis el Coro del Santísimo Cristo de la Sangre interpretó el Miserere y Perdón, para concluir el primer Vía Crucis de la Cuaresma Lucentina, el Alfa que nos llevará al Omega de un Domingo de Palmas.
Texto y fotos: JESÚS RUIZ JIMÉNEZ "Gitanito"
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