La de este miércoles ha sido la última noche de la comunidad de Carmelitas Descalzas de Lucena en el Monasterio de San José, de la avenida de Santa Teresa. Este jueves está prevista la marcha de las dos últimas religiosas, cerrando así un capítulo en la historia de nuestra ciudad, a la que ha estado unida esta congregación desde hace 412 años, primero junto a la Plaza Nueva, a donde llegaron desde Cabra, y posteriormente en su actual emplazamiento.
Con su marcha definitiva comienzan a despejarse algunas de las incógnitas que dejaba abiertas el anuncio de su priora, Sor Magdalena de San Juan de la Cruz, en aquel mensaje fijado el 11 de julio pasado en el panel de entrada al convento, anunciando “con mucho dolor y gran tristeza” la inminente despedida de Lucena.
Concretada la cesión del inmueble y su patrimonio mueble a la Orden de Carmelitas Descalzos, quedaba por conocer cuál sería su destino. Entre las primeras decisiones de la congregación cabe destacar la de mantener el templo abierto al culto. En el mismo se seguirá celebrando misa cada domingo a las 10:00 de la mañana. La iglesia y todo su patrimonio, dependerán a partir de ahora de la Parroquia de Santiago Apóstol, a la que este miércoles se han entregado las llaves.
Del mismo modo, el Padre Juan Dobado, Prior del Convento del Santo Ángel de Sevilla y responsable de Patrimonio de la orden, se reunía con el alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, para estudiar posibles usos del edificio. Según ha explicado a LucenaHoy el religioso carmelita, la voluntad de la comunidad es "facilitar un posible uso social del convento si alguna institución, fundación o empresa se interesa por el mismo, por ejemplo como residencia de mayores o centro asistencial", sin descartar otro posible uso, como su transformación en viviendas sociales. Dobado ha indicado que la reunión ha sido "muy cordial" y marcada por el interés de todas las partes "en salvar el edificio y mantenerlo en uso" por lo que el regidor lucentino ha mostrado a la congregación su disposición por hacer llegar esta oferta a posibles interesados. El Padre Juan Dobado ha señalado que cualquiera de estas opciones tampoco sería incompatible con la llegada de una nueva orden religiosa de pequeño tamaño al convento, "haciendo uso de la parte de la hospedería".
Ahora, uno de los principales retos será el de garantizar la seguridad del conjunto religioso. Para ello ya se ha concretado que una familia resida en el mismo y también se han incrementado las medidas de seguridad.
De otra parte, la orden ha cedido a distintas parroquias y cofradías lucentinas una parte del patrimonio que atesoraba el convento. Así ha ocurrido con dos retablos procedentes del primitivo convento de la orden en Cabra, que se encontraban en estancias interiores, y que han sido donados a la Venerable Archicofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno, que tras su restauración los instalará en el templo de San Pedro Mártir. Según Dobado, esta cofradía también ha recibido cuatro pinturas monumentales sobre Jesús en el camino del Calvario o cuatro "pasitos" procesionales de la Semana Santa del siglo XVII, que representan a la Borriquita del Carmen, la Oración en el Huerto, la Flagelación o el Sagrado Lavatorio y que tendrán como destino el Museo de la Santería.
Por su parte, la Cofradía de María Stma. de Araceli ha recibido no solo la cesión de las fincas de olivar adscritas a la comunidad religiosa, que ahora engrosarán el patrimonio de la Obra Pía, sino también una parte de los elementos vinculados a la tradición aracelitana que se conservaban en el convento, entre los que se incluyen varias representaciones pictóricas de la Patrona de Lucena, una tablilla devocional con una 'quintilla' a la Virgen o el retrato de un clérigo igualmente vinculado a la cofradía.
Para la Parroquia del Carmen irá una escultura de San Juan de la Cruz, otra de la Virgen del Carmen y otras piezas vinculadas a la orden carmelita; y la de Santo Domingo recibirá una talla de Jesús Nazareno, realizada por el imaginero lucentino Pedro Muñoz de Toro.
La comunidad de Carmelitas Descalzas ha hecho llegar algunas piezas a otros conventos de la misma orden de la Diócesis de Córdoba, como San Calixto o Santa Ana.
"Ha sido una jornada de gran trabajo, en la que nos hemos reunido con los párrocos y hermanos mayores para hacerles entrega de estos bienes, que ya han sido retirados del convento, y con el alcalde, al que hemos reiterado que estamos abiertos a todas las sugerencias en la búsqueda de una entidad que pueda hacer un uso adecuado del convento, una obra de gran calidad, con muy buenas condiciones", concluía el Padre Juan Dobado.
No obstante, distintas fuentes consultadas señalan que una gran parte del patrimonio del convento, en la que se incluyen cuatro siglos y medio de historia manifestados en ricas piezas de orfebrería religiosa, textiles, libros o imágenes como la de Santa Teresa o la Virgen del Carmen, que presidían la iglesia, han sido trasladadas al convento del Santo Ángel de Sevilla, donde la orden de Carmelitas Descalzos cuenta con uno de los espacios expositivos religiosos más importantes de Andalucía.