Con la llegada de la luz del día, los efectos de la fuerte tormenta que ayer descargó sobre Lucena se hacían más visibles.
Aunque la tromba de agua afectó al conjunto de la ciudad, los principales daños se concentran en la zona de Los Santos. Las infraestructuras creadas hace algunos años para ofrecer un cauce a las frecuentes inundaciones en esta zona, se mostraron claramente insuficientes para encauzar los más de 50 litros por metro cuadrados registrados en esta zona de la ciudad en poco más de 30 minutos.
En algunos de los colectores de la red de canalización, que según el ayuntamiento se encontraba totalmente limpia y libre de cualquier obstáculo, el agua llegó a alcanzar los tres metros de altura sobre el nivel de la calzada, provocando la inundación de la travesía de la antigua N331, que quedó totalmente cubierta de piedras y lodo.
Sin embargo, la peor parte se la llevó la Residencia de Enfermos Mentales de El Sauce, situada a escasos metros de la canalización. El agua derribó el muro posterior y desplazó una de las puertas correderas traseras, entrando de lleno en el centro cuando muchos de sus 21 residentes ya dormían.
"Fue rapidísimo, cuando algunos de los residentes se dieron cuenta de lo que estaba pasando sus camas ya estaban siendo movidas por el agua", comentaba una de las empleadas del centro, que esta mañana han colaborado en las tareas de limpieza. Personal de los bares y empresas cercanas, en primera instancia, y policía local y nacional después, fueron sacando a los residentes de la trampa en la que se había convertido el edificio, en el que el agua llegó a superar un metro de altura, como queda de manifiesto en algunas de las imágenes tomadas ayer por LucenaHoy y las fotografías de esta mañana.
"Fue rapidísimo, cuando algunos residentes se dieron cuenta de lo que pasaba, sus camas se movían por el agua"
Todas las personas desalojadas fueron trasladadas inicialmente al cercano restaurante Mariceli, siendo algunas de ellas atendidas por los servicios sanitarios, "sobre todo por el susto", comentan las trabajadoras. Posteriormente el dispositivo municipal derivó a todos los residentes y a una de sus cuidadoras al hotel Baltanás, donde han pasado la noche y permanecen aún. "Ha sido una noche muy larga, salieron con lo puesto, chorreando, llenos de barro, muy asustados, pero vivos, gracias a la rápida actuación del personal de emergencia", manifestaba una empleada.
Esta mañana los bomberos ha tenido que practicar agujeros en varios muros exteriores del edificio para lograr desalojar la ingente cantidad de agua alojada en su interior. Las tareas de limpieza serán lentas, porque además del patio y la primera planta, está totalmente anegado en toda su altura el sótano. Esta mañana los bomberos y la directora del centro sacaban algunos objetos de primera necesidad, como los archivadores con la medicación de los residentes. Aunque aún no se han cualificado los daños, estos serán muy elevados.
No obstante, los gestos de apoyo han comenzado de forma inmediata. ONGs como Infancia Solidaria han puesto ya en marcha una campaña de recogida de ropa y calzado uniese, que recogerán esta tarde en su sede de la avenida del Parque, 13.
La riada también ha afectado, en menor medida a otra empresas de la zona, donde esta mañana se intentaba limpiar el lodo y volver a la normalidad.
Hasta el lugar de los hechos se han desplazado esta mañana el alcalde, Juan Pérez y los ediles de Obras, Servicios Sociales y Seguridad Ciudadana, José Cantizani, Teresa Alonso y Francisco Adame, para interesarse por la situación de los afectados, junto a personal técnico del ayuntamiento.
Los afectados se han quejado de que las obras realizadas para evitar las inundaciones en el polígono "han metido el peligro en nuestros negocios".