La secuencia de robos en centro educativos no cesa. Aunque empiece a resultar cansino hay que seguir hablando de esta plaga de incidentes. En la madrugada de ayer se produjeron al menos dos nuevos robos y ya son una veintena los que se han registrado desde que se denunciase el primero, el pasado 6 de febrero. Fue en el colegio Antonio Machado. Un monitor de ordenador con entrada de DVD y una pequeña minicadena fue entonces el botín. Ayer, los cacos volvieron al centro por segunda vez en este corto periodo. Lo hicieron aupándose a una pequeña sala de monitoría situada en la segunda planta, para acceder posteriormente a dos aulas, con el mismo ritual de romper marcos y cristales de sendas ventanas y más tarde, dirigirse a la planta baja, donde penetraron en la sala de profesores y desvalijaron la máquina del café. Como viene ocurriendo, más desferfectos que botín.
Más suerte tuvieron en el IES Juan de Aréjula, donde la noche concluyó con un total de siete ordenadores robados, según han indicado a este periódico fuentes del centro educativo, que –por el momento– se lleva la peor parte en esta plaga de robos, que empieza a convertirse en un verdadero problema de seguridad.
A la reunión mantenida la pasada semana en el ayuntamiento entre el alcalde y los responsables de Seguridad Ciudadana y Educación y los directores de centros educativos para arbitrar nuevas medidas anti-robo se sumará mañana la celebración de una nueva Junta Local de Seguridad, solicitada por el propio ayuntamiento, con presencia del Subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado y de representantes de todas las fuerzas de seguridad –policía local, nacional y guardia civil– para abordar de forma casi monográfica este asunto.
Mañana les contaremos si de la misma sale alguna medida concreta.