La lluvias y viento de las últimas horas y el mal estado general de la edificación, sobre la que pesa un decreto de ruina por parte de los servicios urbanísticos municipales, habrían provocado algunos desprendimientos en una vivienda situada en el número 23 de la calle Arriera, esquina con Ancha. Dos vecinos se pusieron en contacto con la policía local para dar cuenta de ruidos, provocados por un posible desprendimiento parcial en el interior del inmueble, y de "chispazos" eléctricos.
Hacia las nueve de la noche agentes de policía y dos vehículos del parque comarcal de bomberos se trasladaban hasta el lugar y con ayuda de un vehículo autoescala inspeccionaban algunas grietas, saneaban las cornisas y tejados y aseguraban una antena que amenazaba con precipitarse a la calle.
Se trata de una más de las salidas que los bomberos han tenido que realizar en los dos últimos días como consecuencia del temporal. Tras la intervención ha quedado precintada la vivienda y advertido el riesgo.
Según ha podido saber este medio, la vivienda no se encuentra habitada desde que se decretara su ruina inminente y la necesidad de proceder a su derribo. Se da la circunstancia de que mañana deben pasar por este punto del trazado urbano los participantes en la Media Maratón de Lucena.