Pisar la tierra de África. Impregnarse de unos olores excepcionales. Unos ojos indefensos que modifican el sentido de la vida. Ángel Parejo, coordinador regional; su hija Nadia; Carmen Rodríguez; Claudio Hernán; David Gutiérrez; Rafael Barrientos; y Emilia Luque. Siete voluntarios de Infancia Solidaria que se marcharon a Kenia por Navidad. Dos semanas en el archipiélago de Lamu para comprender sin barreras los motivos que simplifican la rutina de un niño a una lágrima constante y absorber en las entrañas una responsabilidad humana con los 250 menores huérfanos, de entre 3 y 16 años, que han resucitado en la Casa de Acogida de la ONG Anidan.
Desde el 15 y hasta el 29 de diciembre, este colectivo de la solidaridad universal comprobó los emocionantes efectos que producen las inconmensurables acciones que se consuman en España. "Hemos visto a ocho niños que fueron operados en Córdoba, adonde llegaron con pocos días de vida, jugando al baloncesto, al voleibol, estudiando e integrados normalmente", cuenta Ángel Parejo.
El hospital que gestiona Anidan, con los estímulos de la doctora Ana Sendagorta y la Fundación Pablo Horstmann, atiende diariamente, y de forma gratuita –incluidas pruebas y medicinas-, a 120 menores de distintas zonas de Kenia. Aquellos cuyas patologías son más graves son derivados a Infancia Solidaria y, finalmente, intervenidos en centros sanitarios de Andalucía.
Además de asimilar las deficiencias crónicas que condenan a los autóctonos, la intención primordial de la expedición era acumular señales en el corazón y transmitirlas al regresar a Lucena, Córdoba y Andalucía. "Es la manera de involucrar al máximo posible de gente". Los representantes de la entidad que fundó Pepo Díaz, quienes se han trasladado y han permanecido en el continente más ignorado con sus propios recursos, ya pretenden repetir la aventura solo unos días después de retornar. "Estoy prácticamente seguro de que el año que viene vamos a ir bastantes más", asegura Parejo.
Al menos en el pasado 2015, los habitantes del hogar de Anidan, una institución concebida por el productor musical Rafael Selas, degustaron en Nochebuena una excelente cena compuesta por pollo y patatas y conocieron a Papá Noel. Los enviados de Infancia Solidaria han repartido 250 kilogramos de material donado por particulares y empresas, concretamente ropa, calzado, medicamentos y material hospitalario.
"Nos hemos traído el compromiso moral de echar una mano a Anidan porque necesitan financiación para proyectos que con muy poco dinero se pueden desarrollar". Una de las iniciativas más novedosas implica facilitar la formación universitaria a jóvenes "que antes estaban tirados en la calle" mediante el alquiler de pisos en la capital Nairobi y en Mombasa, la segunda ciudad del país. Por otro lado, se esforzarán por lograr el apadrinamiento de 55 usuarios de una guardería; aportar elementos que aumenten los recursos del sanatorio –ya se han obtenido un ecógrafo y dos bombas de infusión de sangre-; dotar de una infraestructura que permita canalizar el agua potable en el poblado de la tribu Orma –contribución consumada por la familia de David Gutiérrez-; y financiar el traslado previo a la intervención quirúrgica de cinco pequeños que sufren cardiopatía con los que han convivido estos siete abanderados de Infancia Solidaria.