.
MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
'España necesita abogados inquietos y reflexivos'. Esta sentencia fue una de las sustanciosas ideas que este sábado ofreció la abogada y política Francisca Sauquillo en el Palacio Erisana de Lucena. El Colegio de Abogados de Lucena decidió que esta incansable luchadora amadrinara a los nuevos letrados que en la Fiesta Anual de esta institución juraron solemnemente su incorporación a la abogacía.
Sauquillo analizó la figura del abogado y manifestó que los intereses confiados a la abogacía son 'esenciales para la sociedad'. Esta histórica socialista reconoció que del título que más 'orgullosa' se siente es el de abogada y explicó que la vida de un abogado puede ser vil o noble.
La Madrina de Honor enumeró una serie de características que han de acompañar siempre al buen abogado, como, por ejemplo, la dignidad, el decoro, la ética, la independencia, la responsabilidad y la eficiencia. Asimismo, precisó que un abogado debe combinar la ciencia jurídica y el temperamento.
Francisca Sauquillo, cuyo hermano fue asesinado el 24 de enero de 1977 en la Matanza de Atocha, recalcó que cuando la justicia se aleja irrumpe la violencia y citó las palabras del flamante académico cordobés Santiago Muñoz Machado, quien señaló que la justicia no puede ser para ricos.
Esta exsenadora española y exparlamentaria de la Comunidad de Madrid y del Parlamento Europeo dijo que en España se están produciendo recortes en los derechos de los ciudadanos a través de la promulgación de la Ley de tasas. Para Sauquillo, esta norma va en contra de la tutela judicial efectiva. La voz comunicativa y atrayente de esta infatigable protectora de los Derechos Humanos invitó a los noveles abogados a aplicar la mediación, el arbitraje y la resolución de conflictos y a ser 'imaginativos en la interpretación'.
La jura de dieciséis letrados, entre ellos siete italianos, y el discurso de Francisca Sauquillo centraron la Fiesta Anual del Colegio de Abogados de Lucena, a la que asistieron personalidades como José Manuel Roldán Nogueras, rector de la Universidad de Córdoba, y Juan José Primo Jurado, subdelegado del Gobierno en Córdóba.
Además, tres letrados, Juan Carlos Beato, Enrique Montero y Diego Chacón, recibieron un diploma acreditativo de sus veinticinco años de ejercicio profesional y otros dos colegiados no ejercientes, Agustín Antrás y José María Gálvez Acosta, un diploma conmemorativo por el mismo tiempo como miembros del colegio.
El decano del Colegio de Abogados de Lucena, Juan González Palma, argumentó el nombramiento de Francisca Sauquillo como Madrina de Honor por la intención de encontrar una 'mirada de mujer' en referencia a uno de los libros de Sauquillo-, y la definió como 'misionera de causas humanas y defensora de quien no tiene quien lo defienda'. Además, destacó las altas distinciones que le impuso el Parlamento Europeo, como la medalla al mérito europeo y el premio Mujeres de Europa con el que fue condecorada en el año 1993. Para concluir, González Palma citó todas las modificaciones legislativas consumadas y planteadas en el ámbito de la Justicia en España y afirmó que por más que sean criticables no deseaba monopolizar desde los estrados la libertad de expresión.
.