El pensionista cordobés de 70 años de edad, residente en Toledo, que reclama en los tribunales una herencia que podría sumar tres millones de euros a la familia de un empresario agrícola de Lucena fallecido hace más de quince años, del que afirma ser hijo no reconocido, afirma ahora a través del Bufete de Abogados Osuna, contratado a tal efecto, contar con pruebas de ADN que confirmarían el pretendido parentesco.
Según indica la agencia de noticias Europa Press "dada la escasez de pruebas con las que contaba el demandante por el tiempo transcurrido, el mutismo con el que su madre llevó siempre el asunto de su relación con su supuesto padre, y por los enormes prejuicios de la época en que se produjo la concepción" éste decidió contratar recientemente los servicios profesionales de un detective privado, el cual, "tras llevar a cabo las investigaciones pertinentes y el seguimiento oportuno a los demandados, pudo hacerse con determinadas pruebas".
Según la agencia de noticias "tras la comparación de los perfiles obtenidos mediante la extracción de ADN encontrado se ha comprobado que los demandados son hermanos biológicos del demandante por parte de padre".
Según ha informado el Bufete Osuna, que representa al citado pensionista, éste cuenta con escasos recursos económicos y sería "hijo natural" de una mujer de Lucena, madre soltera, "y de un importante agricultor, ya fallecido, fruto de las relaciones íntimas extramatrimoniales habidas entre ambos tras conocerse en Puente Genil en una de las fincas del agricultor"
El despacho de abogados asegura que el supuesto padre del demandante, "soltero en aquellos momentos, al enterarse del embarazo de la mujer y contar con una posición económica muy distinta a la suya, rompió de inmediato toda relación con la misma, si bien, durante los primeros años después del nacimiento" del ahora pensionista, "hizo entregas esporádicas de dinero a la madre del mismo, para el sustento del recién nacido".