Hemos podido leer en este medio que por sentencia judicial del Tribunal Supremo la Junta de Andalucía debe indemnizar/devolver a nuestro ayuntamiento, redondeando, un millón y medio de euros. Es de justicia agradecer a quién inició y apoyó el litigio (o que posteriormente se adhirió a él) para que este montante beneficie a nuestra ciudad. Muchos de mis conciudadanos tendrán ideas sobre qué hacer con ese dinero (y no pocas, seguramente, mejores que las mías) pero me voy a permitir indicar algunas de ellas:
a) Planificar una reducción de impuestos/tasas sostenible en el tiempo (preferentemente a los más necesitados).
b) Reducir la deuda municipal y si esa deuda fue contraída con entidades financieras que por una razón u otra han sido sancionadas por mala praxis, tratar de cancelarla y procurar no tener más relación con ellas; hay bancos que tienen otras políticas respecto a qué hacer con su dinero, aprovechemos lo que el capitalismo nos ofrece: elijamos otros bancos con los cuales trabajar.
c) Mejorar nuestro entorno medioambiental: de manera regular camino por la ronda de Lucena y comprobé desagradablemente como unos jóvenes árboles (plataneros) en la Avenida de la Infancia fueron sustituidos por otros que ni con tiempo ni por su constitución darán nunca la sombra que aquellos ya daban. Lucena necesita más parques y menos asfalto, ya fue suficiente contradicción hacer un aparcamiento en el centro cuando ese mismo centro se convertiría en peatonal (por cierto, me gustaría que se reflexionase sobre cómo pudo influir la realización de obra tan imponente y cómo influye e influirá el trasiego de coches por el aparcamiento en los cimientos de San Mateo y de su Sagrario, joya del barroco andaluz). Plantar árboles que absorban dióxido de carbono y den sombra, puesto que lo primero seguirá aumentando y lo segundo se hará cada vez más necesario, para tratar de moderar la temperatura de nuestra ciudad. Una simple comparación entre las temperaturas del Coso y de la Plaza Nueva creo que me daría la razón.
d) La conservación de nuestro patrimonio histórico: el entorno de la parroquia del Carmen que ha sido tan atacado y en el que, últimamente, y donde se discurre realizar allí los juzgados. Primero se fue destruyendo el entorno de la Plaza Nueva; después se destruyó lo que quedaba de la muralla de Lucena para situar la sede de Telefónica (hoy Movistar); ahondando más en el error, se «encajó» entre San Mateo y el Castillo de Lucena (del Moral sólo es la torre), ambos edificios BIC, la actual plaza de abastos. Ahora, imposible de destrozar más el centro y como si el ataque a nuestro patrimonio siguiese de manera concéntrica, se pretende construir junto a un edificio del S. XVII y su muralla para romper también y, definitivamente, su entorno. «Quousque tandem abutere patientia nostra?» Ya está bien de atacar nuestro patrimonio. Esa parte de nuestra historia tiene que ser respetada y la mejor forma es con un parque, un amplio parque. No comprendo porqué se amplió la urbanización de Lucena por la actual zona de la Avenida de la Guardia Civil, lugares con una amplia pendiente (con las subsiguientes dificultades) cuando había zonas llanas para poder hacerlo. La zona del «Zarpazo» es un lugar excelente para la situación de un juzgado, cómprese allí terreno para tal obra. Los juzgados de Córdoba, por ejemplo, no se construyeron cerca de sus edificios históricos, precisamente.
Nuestro futuro (también económico) pasa por nuestro medioambiente y nuestra cultura, protejamos ambos para que redunden en nuestro propio beneficio. Un centro de Lucena totalmente peatonal (con las lógicas excepciones) con lugares de descanso y asueto (como el Coso y el posible parque del Carmen, por cierto, las palmeras pueden que adornen bastante pero en el binomio sombra/absorción de dióxido de carbón hay otras especies que deberían ser las elegidas para su plantación, ¿cuántas zonas en Lucena tienen muchas palmeras pero ningún sombra?), unido a nuestro magnifico patrimonio y a una oferta gastronómica y comercial sólo redundará en beneficio para los ciudadanos, ¿han visto cómo ha cambiado, por ejemplo, el tramo de la calle el Peso que va desde la calle Las Torres hasta la calle El Agua? No pensemos en los próximos cuatro años, sino en la próxima generación. Nuestros hijos nos lo agradecerán.
José Antonio Villalba Muñoz
Profesor de Geografía e Historia