La Democracia, a diferencia de épocas pasadas y del antiguo régimen sustentando en el Nacionalcatolicismo integrista y represor, se basa en la defensa de los derechos, y en la máxima de la Igualdad de todos ante la Ley. La Constitución mandata la eliminación de cualesquier comportamiento o norma discriminatoria por razones de Género, entre otras dimensiones básicas de los Derechos Humanos.
Que un alto cargo eclesiástico de cualquier confesión religiosa se permita llamar a la desobediencia civil con respecto a dichas normas supone un enfrentamiento con el Orden Constitucional, y además una provocación intolerable.
Es por ello que "Andalucía, Entre Tod@s", como organización, está apoyando la campaña de recogida de firmas para que la fiscalía actúe en consecuencia.
El que se utilicen los púlpitos, y las estructuras cofrades, para que afloren comportamientos integristas y/o inquisitoriales, nos parece una ofensa inadmisible, que poco o nada tiene que ver con la libertad de expresión.
Libertad (de expresión) que sí se cuestiona con total tranquilidad cuando consideran que se ofenden los sentimientos religiosos. Son ellos los que, en ese caso, se arrojan el derecho de establecer cuál es el límite.
Límites que sobrepasan claramente cuando se convocan "Manifestaciones de FE", que recuerdan demasiado a antiguos Autos de Fe. Y donde se persigue, con descaro, manipular y politizar los sentimientos y celebraciones religiosas.
Córdoba a veinticinco de agosto de 2016
Joaquín Campos Cañete. Consejo Provincial Córdoba.