"La honradez es siempre digna de elogio, aún cuando no reporte utilidad, ni recompensa ni provecho" (Cicerón)
El expresidente Aznar de nuevo ha sido protagonista. En vísperas de las elecciones locales y autonómicas, se plantó en Alcobendas (Madrid) para aconsejar al pueblo lo que debe mirar al votar. No habló de lo que ha ido a mejor: el descenso del paro, el salario mínimo, las pensiones, el ingreso mínimo vital aprobado, la inflación (por debajo de la media europea), ni de la ley de vivienda, ni del tope a los alquileres, ni de las becas para jóvenes en la universidad, ni de la casi paz social mantenida en España a pesar de la crisis sobrevenida en todo el mundo por la pandemia y la guerra.
Tampoco mencionó lo que ha ido a peor ni por culpa de quién: la sanidad pública, la enseñanza y educación públicas, el autobloqueo judicial, las 7.291 muertes de ancianos en las residencias madrileñas por causa del protocolo que impedía trasladarlos a los hospitales.
Aznar ha ido también a Bilbao a hablar de Bildu porque, según él, Pedro Sánchez va a "dar suelta general a los terroristas de ETA y manga ancha al independentismo catalán" que quiere romper España. Esto sí lo ha dicho sin rodeos porque cree que el pueblo español no tiene memoria y ya no recuerda cuando él hablaba suavemente de ETA diciendo que era un "movimiento vasco de liberación"; que había que ser generosos para que dejaran la lucha armada y que ordenó acercar a 574 reclusos a las cárceles vascas. Y que tampoco recordamos que él logró ser investido como presidente (1996) tras pactar con Jordi Pujol la cesión de un 30% de transferencias a Cataluña (Pacto del Majestic). Y que ya hemos olvidado su apoyo a la guerra ilegal de Irak, con el clamor de toda España en contra y sin pedir perdón por nada.
Pero no ha quedado ahí la cosa. Aznar, ha dogmatizado que lo más importante es que las listas siempre se hagan basándose en la meritocracia de los candidatos. Más o menos como él hizo durante sus 8 años de presidente del gobierno. No citó nombres concretos, pero todos recordarán algunos de los colocados por él en las listas o directamente a dedo:
1.- Mariano Rajoy, el único presidente expulsado del gobierno de España, tras una moción de censura en democracia.
2.- Rodrigo Rato, Jaume Matas, Zaplana, ministros suyos que estuvieron en prisión, al igual que el senador Bárcenas. Además, "11 de sus 14 ministros se vieron implicados o imputados en asuntos judiciales escabrosos" .
3.- Ana Botella, su esposa, la alcaldesa madrileña que vendió 1.806 viviendas sociales a fondos buitre y se libró del banquillo, gracias a una justicia tan benévola.
4.- Villalonga y Blesa, sus compañeros de pupitre, y demás amigos a quienes puso al frente de Telefónica, Caja Madrid, Endesa, Gas Natural, Argentaria, Iberia, Tabacalera y que acabaron siendo privatizadas.
6.- Pablo Casado, de quien decía ser el mejor para liderar el PP y que cuando insinuó acabar o disminuir la corrupción fue defenestrado y sustituído por N. Feijóo, que ya ha dicho algo de lo que quiere derogar.
7.- Aznar ha sido el presidente que más indultos concedió: 5.948 durante su mandato y de ellos 179 por casos de corrupción. Hay más, pero para qué seguir.
Conclusión.- Ni una palabra sobre la HONRADEZ, que es una de las mayores virtudes que debe atesorar una persona y más exigible en la política. Otros partidos no están libres de iguales o parecidas sombras bochornosas, pero pocos líderes han presumido tanto como él de llevar en sus listas personas tan llenas de méritos.
Nota final.- Aunque este artículo lo tenía concluido antes de las elecciones locales, he demorado su publicación para que el recuerdo de estos datos tan ciertos no alterase los ánimos de quienes admiran a Aznar y siguen aplaudiendo los logros de sus equipos meritocráticos.