Esta iniciativa, promovida por el delegado de Cultura, Manuel Lara, y la bibliotecaria de la localidad, María Teresa Ferrer, busca dar mayor visibilidad a la literatura y fomentar así la lectura, todo ello de una manera muy visual y atractiva. De esta manera, la contrahuella de las escaleras del edificio se han convertido en lomos de títulos populares unos, clásicos otros, infantiles y locales.
Durante la primera fase, en la que los lucentinos pudieron proponer los libros que, a su juicio, merecen el honor de formar parte de la decoración del edificio, la participación popular ha sido de más de 300 personas, algunos votando sobre libros ya propuestos y otros abriendo la veda a nuevos títulos. Tras esta primera selección, los responsables técnicos han realizado una ordenación y redistribución de las propuestas, quedando el resultado a la vista de todos aquellos amantes de la lectura y las bibliotecas.