Veinticinco años dan para mucho, y cuando se trata de una asociación nacida como punto de apoyo a pacientes de cáncer y a sus familias, ese mucho se multiplica por unos cuantos más, tantos como historias hay detrás de cada persona que un día pidió y encontró su ayuda en ese momento en que era necesaria.
Este sábado, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Lucena celebraba su primer cuarto de siglo de presencia en nuestra ciudad, 25 años de trabajo por y para quienes un día tuvieron o tienen que pelear contra esta enfermedad que se reviste de múltiples formas pero que hoy, más que nunca, puede ser derrotada con prevención, con diagnóstico precoz y con terapias cada vez menos invasivas y más eficaces gracias a la investigación, a la que también contribuyen, granito a granito, asociaciones locales como la de Lucena.
Así, la tradicional Cena de Gala de la AECC se convirtió este año en el espacio y el momento idóneo para dar las gracias a quienes durante este largo periplo han colaborado con el colectivo que hoy preside Araceli Chicano. Cientos de lucentinos y lucentinas quisieron sumarse en los Salones Jardines Palacio de la Dehesa a esta fiesta solidaria que constituye una de las principales fuentes de obtención de recursos para la Junta Local de Lucena y sus proyectos.
Araceli Chicano abrió el acto recordando parte de esa historia de la AECC en Lucena, para pasar a continuación a uno de los momentos más emotivos de la noche, con la imposición de la insignia de la asociación a Manuel Lara Cantizani, un detalle con el que la Junta Local premia la dedicación, el entusiasmo, el cariño que Lara Cantizani ha brindado en estos últimos años a la lucha contra el cáncer, poniendo al servicio de la misma su mejor hacer a través de iniciativas como la edición y publicación del libro Haikus del buen amor desde Lucena (y del mundo), esa historia de superación personal y terapia poética, de retazos de vida expresados en cientos de poemas de cinco, siete y cinco sílabas con la que el 'hombre cohete', el 'tigre impar', ha logrado recaudar miles de euros para la investigación del cáncer.
Parte de ese regalo solidario se integra en los 30.000 euros que la AECC anunció que ha entregado este año a facilitar el trabajo de los muchos y buenos investigadores que desde España trabajan para que el cáncer sea, paulatinamente, una sinónimo de esperanza. Y a ello contribuirán en el futuro los 60.000 euros que ha donado a través de un testamento a esta asociación una familia lucentina, como se dio a conocer en el transcurso del acto.
Redondearon la noche las canciones de Cristian Coto y Jaime Sancho, completando un evento que marca el punto y seguido para el nunca suficientemente valorado trabajo de la Asociación Española contra el Cáncer.