El historiador, profesor del IES Juan de Aréjula y cronista oficial de Lucena Arcángel Bedmar presentaba en la noche del jueves en la Casa de los Mora su libro Lucena 1900-1945. Movimiento obrero, republicanismo y represión política'. El volumen recoge distintos artículos de Bedmar publicados en su blog desde 2013 y fruto de casi un cuarto de siglo de investigación, a los que se ha añadido un capítulo nuevo e inédito.
Un numeroso público se dio cita en la presentación de la publicación, en la autor se adentra en este dilatado periodo de la historia de Lucena a través de 17 capítulos, que abarcan desde los inicios del socialismo en Lucena, los orígenes de la actividad sindical o la Lucena de la II República y sus protagonistas, hasta el alzamiento militar del 18 de julio en nuestra ciudad, los 132 muertos que dejó la represión franquista –100 en Lucena, 21 en Jauja y 11 en Las Navas–, los que murieron en distintas cárceles por privaciones o enfermedades o las múltiples formas que adoptó la represión en los años siguientes a la Guerra Civil.
No escapan a la investigación de Bedmar el campo de concentración de prisioneros de guerra que funcionó en Lucena entre 1938 y 1939, la existencia de una "lista negra" de socialistas, comunistas y sindicalistas o manifestaciones más desconocidas como la prohibición del carnaval o la clausura en 1939 del Instituto Barahona de Soto, todo ello basado en una permanente labor de investigación documental y de recogida de testimonios de testigos de la época y descendientes de quienes fueron asesinados o represaliados.
La puesta de largo de este trabajo, en una edición que cuenta con 500 ejemplares de distribución gratuita gracias a la aportación de la Diputación, contó con la participación de la concejala de Cultura, Mamen Beato y el delegado de Memoria Democrática del ente provincial, Ramón Hernández, que destacaron la importancia de la labor de los historiadores para recuperar este capítulo de nuestra historia del olvido al que lo sometieron los cuarenta años de dictadura franquista.
Bedmar concluyó su intervención reivindicando el papel del historiador de "recuperar el pasado en su integridad, sin atender a silencios, miedos, censuras ni opiniones interesadas", asegurando que "los historiadores no somos culpables de lo que ocurrió ni de lo que hicieron nuestros antepasados, y nos limitamos a constatar lo sucedido y analizarlo con rigor y honestidad", difundiendo los hechos "para que su conocimiento sirva, como una lección didáctica, para cerrar heridas, aprender de lo positivo y tratar de que no se repita lo negativo".
Les dejamos algunas fotos de este acto, que completaremos con el vídeo de la presentación.