El Palacio Erisana acogió anoche el acto central de la programación del Día Internacional contra la Violencia de Género.
La actividad se iniciaba con la proyección de un video de la campaña. Posteriormente la edil de Igualdad, Mª del Mar Morales exponía múltiples ejemplos de como la sociedad, la música o los medios de comunicación minimizan el papel de la mujer y sus logros o contribuyen a afianzar la desigualdad entre géneros. Morales tuvo también palabras de recuerdo para las mujeres asesinadas y pese a asumir que "cuando se repiten los crímenes corremos el riesgo de que se nos agoten las palabras, o que nos suenen gastadas", insistió en la necesidad de seguir visualizando "la condena de la sociedad ante un machismo que mata".
Juan Pérez, alcalde de Lucena, fue este año el encargado de dar lectura al manifiesto contra de la violencia de género, en el que se indica que, aún hoy, es el varón quien establece las normas de convivencia en la pareja, quien las ejecuta e imparte justicia. "Nos encontramos ante un problema estructural que se produce debido al desequilibrio de poder y, por eso, la única forma eficaz de prevenir esta violencia consiste en avanzar hacia la igualdad real entre mujeres y hombres", afirmó Pérez.
En el transcurso del acto, las representantes de las distintas asociaciones de mujeres de nuestra ciudad daban lectura a los nombres de las 48 mujeres asesinadas a manos de sus parejas durante el último año, cerrándose el acto institucional con un respetuoso minuto de silencio.
Posteriormente se ponía en escena el montaje teatral 'Extraña en mi piel', una obra escrita por la actriz Carmen Moral que ataca los conceptos de belleza deshumanizada que promueve la sociedad capitalista actual. La representación mostró una sociedad de consumo que vende lo superficial, donde se promueve y exige la belleza permanente del género femenino y se le niega el derecho natural a envejecer.
Finalmente, se celebraba la ofrenda de una corona de laurel y se colocaban velas en recuerdo de las mujeres víctimas de violencia de género ante el pequeño monolito instalado en la zona ajardinada de la Plaza de San Miguel.