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El lucentino Mario Flores Martínez, presenta hoy viernes en el Salón de Espejos del Círculo Lucentino, su tercer libro: No soporto las sillas. Crónica acelerada de una sociedad desquiciada. Se trata de una visión ácida de la sociedad española actual, presentada bajo el formato de ensayo periodístico, en la que el psicólogo lucentino, colaborador de ABC y LucenaHoy y autor de Diccionario Progre. Aprenda a hablar como un progre en diez días y de Lucena vista con gafas, este último de temática local, aborda distintos temas de actualidad a través del análisis de las informaciones aparecidas en diversos medios de comunicación en los últimos años. El libro será presentado por el abogado lucentino José María Morillo-Velarde.
- ¿Qué va a encontrar el lector que se acerque a su nuevo libro: 'No soporto las sillas'?
- Un recorrido panorámico sobre la sociedad actual, sobre las cuestiones en las que se ha producido un vertiginoso cambio impulsado artificiosamente desde algunos sectores guiados por dudosas doctrinas políticas y sociales. El feminismo de género, los nuevos modelos familiares, la insostenible sociedad del bienestar, el festivismo,
necesarios y útiles motivos para la reflexión, supongo.
- ¿Qué le llevó a abordar este tema?
- La inquietud que produce en el alma levantarse cada día en una sociedad donde caben propuestas en forma de ocurrencias, extravagancias y frivolidades. La sensación de que perdemos la libertad a chorros en más de una ocasión. Creo que es un deber ciudadano estar atento a las excentricidades y denunciarlas, porque la democracia no es algo que se ejercite solamente cada cuatro años.
- Muchos lectores se preguntarán qué hay detrás de un título que a priori no nos lleva a pensar que estemos ante un trabajo sobre el tratamiento informativo de algunos temas en la prensa durante los últimos años.
- La razón del título se desvela al principio. Lo que seguro orienta mejor al lector es el subtítulo: "Crónica acelerada de una sociedad desquiciada". Es ahí donde vivimos, en una sociedad desquiciada, y es eso lo que critico y censuro basándome en uno de los mejores espejos donde se refleja nuestra realidad actual: los medios de comunicación.
- ¿No han estado siempre las tendencias políticas imperantes detrás de la forma de exponer una noticia en los medios generalistas?
- Eso es lo habitual, pero también es verdad que el crítico es anterior a todo ello: primero la política, después la noticia y, en última instancia quien se atreve a interpretar todo eso. A veces la política lo impregna todo, por eso es necesario hacer prevalecer el análisis lógico, la razón desprovista de la pasión e, incluso, el cálculo. No estoy diciendo que yo lo consiga siempre, claro. Si se consiguiera eso nos acercaríamos al ideal de Estado que propugnaba Hobbes: el Estado Geométrico. Eso es imposible, pero ¿por qué no hacer un esfuerzo?
- En su anterior libro abordaba la progresiva infiltración de un "lenguaje progre" en todos los ámbitos de la vida social, cultural o política española. ¿Se puede hablar ahora, con el cambio politico en nuestro país, de un lenguaje de derechas?
- Sólo he detectado la vuelta al correcto uso del genérico masculino. No sé si eso es derechas, pero sí que está más en sintonía con el funcionamiento de nuestro cerebro.
- ¿Por qué cuesta tanto entender a un político cuando habla?
- Claramente: porque demasiadas veces no le interesa que se entienda lo que dice y porque oculta su impericia bajo el celofán de la palabrería.
- ¿A qué tipo de público se dirige su libro?
- A todo aquel que albergue una mínima esperanza de que la sociedad puede cambiar a mejor; pero tiene que estar dispuesto antes a mirar la realidad de frente y ser valiente para denunciar lo que ve.
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