El Centro de Energías Renovables y Medio Ambiente, construido en el Parque Empresarial Príncipe Felipe y sin uso desde la finalización de las obras, ha permanecido abierto y sin ninguna medida física de vigilancia durante varias semanas, según han indicado varios usuarios del polígono industrial a LucenaHoy, que la pasada semana, tras comprobar la veracidad de los hechos denunciados, los puso en conocimiento del Ayuntamiento para que procediera al cierre de las instalaciones.
Dado que ninguno de los accesos ha sido forzado, el concejal de Obras, José Cantizani, ha indicado a este medio que se está investigando desde cuándo han estado abiertas las instalaciones. El inmueble ha sido objeto de numerosas visitas institucionales para mostrar sus instalaciones a asociaciones empresariales, industrias y representantes de distintas entidades, con objeto de intentar encontrar un uso para las mismas.
Según pudo comprobar este periódico la pasada semana, la tela metálica colocada a la entrada del complejo estaba desprovista de candado y tanto la puerta corredera de acceso principal al edificio, como la que une la terraza exterior con el salón de actos, así como las distintas dependencias del centro e incluso las dos puertas de la sala de máquinas del edificio, estaban abiertas y el sistema de alarma desconectado, de todo lo cual fue informado el ayuntamiento.
Además, resulta evidente que las instalaciones han comenzado a deteriorarse como consecuencia de la falta de uso de las mismas, presentando algunas filtraciones de agua, la caída de algunas placas, la rotura de alguno de los cristales de la fachada principal y algunas grietas tanto en el interior como en el exterior del inmueble.
CINCO AÑOS SIN USO
El Centro de Formación de Energías Renovables –un gran proyecto más malogrado por la crisis– se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento de Lucena. Edificado sobre una parcela de 8.000 metros cuadrados, de los que 2.560 son útiles, se trata de una construcción bioclimática, diseñada por el equipo del arquitecto lucentino José Antonio Alba, y pionero en Andalucía, con una bajísima dependencia de fuentes externas para su acondicionamiento térmico. Con capacidad para albergar varios cientos de alumnos, el centro fue diseñado para impartir en el mismo cursos de formación en campos como la energía eólica; solar y fotovoltaica; sistemas de gestión medioambiental o cálculo y desarrollo de instalaciones bioclimáticas.
El centro, cuya entrada en funcionamiento estaba prevista para 2011, lleva cinco años cerrado sin que se haya logrado encontrar un uso para el mismo pese a los continuados esfuerzos municipales en ese sentido. Con un presupuesto de unos 3,5 millones de euros, fue financiado en su mayor parte –2,7 millones de euros– por la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, aportando el Consistorio unos 700.000 euros, además de los suelos y la redacción del proyecto.
Recientemente resultó fallida la posibilidad de integrar en el mismo el vivero de empresas municipal, para el que se disponía de una importante subvención a través de fondos europeos gestionados por la fundación de cámaras de comercio. También fue rechazada por la Consejería de Justicia y Administración Pública la posibilidad de ubicar en el mismo el nuevo Palacio de Justicia de la Ciudad.