27 nombres conforman Saigón 27. Es simplemente una coincidencia y es un dato que resulta relevante para el contenido de la publicación, pero este dato curioso revela que estamos ante uno de los números con mayor número de participación, equiparable a algunos números especiales publicados entre 2008 y 2011.
Dos motivos son los que provocan esta cifra: uno es que la entrevista se hace a cuatro poetas (Juan de Dios García, Noelia Illán Conesa, Ángel Gómez Espada y Natalia Carbajosa) y el otro motivo es que aparecen los ganadores del X Premio «Saigón» de Literatura (José Manuel Pozo, Mario Morales y quien firma estas palabras) y del I Certamen Ciudad de los Niños (Julia Luque y Raúl Mora, este último con una madurez poética impropia de la adolescencia). Ambos grupos funcionan de modo complementario, porque las entrevistas nos permitirán acercarnos a la poesía actual (es una de las preguntas formuladas) y los premios revalorizan a nombres en auge o, como en el caso del Certamen de la Ciudad de los Niños, anima a que la poesía forme parte de la juventud.
Para adentrarnos en el resto de las páginas dedicadas a la creación literaria, es conveniente reproducir la respuesta del poeta Ángel Gómez Espada ante la pregunta de qué cualidades debe tener la poesía:
»¿Sabes ese plato de comida que no puedes dejar de recordar, incluso cuando estás en otro buen restaurante y comiendo cosas cojonudas y aún así estás hablando de ese plato, sin dejar de saborear y bendecir lo que tienes en la boca? Pues algo así.
María Rosal, Maricruz Garrido, Conrado Castilla, Sensi Budia, José Puerto, Manuel Delgado, Santiago Moure, Jorge Fernández, Luis Ángel Ruiz, Estefanía Cabello, Mª Jesús Soler Arteaga, Mercedes Dueñas, Francisco José Segovia, José Manuel Moreno Millán, Pedro S. Sanz y Melanie Álvarez logran, cada uno con su sabor, ser el plato al que Gómez Espada hace referencia. De todos, merece destacarse la aportación de Manuel Delgado, Come rain or come shine, que comienza de manera sobresaliente:
Callan tus ventanas al viento.
Describen cuidadas cadenas
en el susurro de un momento.
Tácitas todas tus cadencias,
se estrecha y encoge así el tiempo.
Te caerán sobre las caderas,
vistiendo tu cuerpo con tiento.
La sección de análisis vuelve a componerse con una nueva aportación de la Historia constitucional de España y, en esta ocasión, la de 1931; y un nuevo ensayo de José Manuel Valle en la sección de «Una biblioteca en la Conchinchina» sobre el libro Conversaciones con Goethe de Eckermann. Este último, José Manuel Valle, comenta, como quien no quiere decirlo, que algunos escritores españoles han ocupado el tiempo en desmerecer a sus coetáneos antes que en regalar a las generaciones futuras un «tesoro» como para la cultura alemana representa estas Conversaciones:
»¿Imaginan que un amigo de Cervantes o de Lope de Vega hubiese dejado por escrito las conversaciones mantenidas con él durante los últimos diez años de su vida, quedando así inmortalizadas las opiniones que alguno de estos genios vertiera sobre otros autores, sobre su propia técnica como escritor, pero también acerca pintura, de música, religión o política, por no hablar de anécdotas de su vida, y todo ello salido en el ámbito de la intimidad? ¿O que lo mismo hubiese ocurrido con un Esquilo, o con un Virgilio? Pues bien, tal cosa no sucedió.
Como ya es habitual, la parte visual es muy importante. En cubierta, una foto de Francisco Romero anuncia el nuevo número como un nuevo brote, pequeño ante los gigantes pies que se distinguen justamente al fondo. Cuenta esta cubierta con un componente de perspectiva novedoso para lo que Saigón nos tiene acostumbrados, pues si colocamos la fotografía a una distancia de un brazo, la cubierta cobra una fuerza increíble. El interior contiene imágenes fotográficas de Gemma Suárez y, además, ilustraciones de Soledad Medina, Christian Marín, Cristina Merino, Natalia Gutiérrez y Nieves Urbano, jóvenes estudiantes de Artes de Cabra, Moriles y Doña Mencía, que han participado gracias a Leonardo Roldán, profesor del IES Aguilar y Eslava.
¿Sabes, entonces, de ese plato que no dejas de recordar, aunque estés comiendo otra cosa? ¿Sabes, por lo tanto, de ese texto, de ese poema, de ese relato, de esa ilustración, que no olvidas, aunque estés leyendo o viendo otra cosa? Algo así tiene Saigón 27 una vez la has leído.
Manuel Guerrero Cabrera