Que el ser humano es el culmen de la creación no es ninguna novedad.
Está dotado de privilegios que ningún otro ser vivo posee. Tanto hombres como mujeres, somos únicos e irrepetibles.
A lo largo de la vida, cada persona va consolidando su personalidad según sus valores innatos y su educación. Así pues, hay personas que por su valía destacan sobre las demás, incluso sin ellas pretenderlo, cosa que les honra. Son personas que no se conforman con ver la vida pasar desde la pasividad y un día deciden pasar a la acción con el objetivo de servir a los demás; emprender un camino de lucha, de entrega, de salvar obstáculos, de robar tiempo a los suyos, de sacrificar la comodidad de una tarde de sofá al calor de un brasero… para acudir a cumplir con ese compromiso que, por convicción y responsabilidad, han adquirido altruistamente.
La persona que hoy me mueve a coger pluma y papel tiene nombre de mujer: Matilde Cabello Yáñez. No es un nombre escogido por capricho propio…o si. Es que soy de la opinión de que, es de bien nacidos el ser agradecidos.
Como todo tiene unos comienzos y un por qué, creo que debo dar unos datos para ponernos en situación.
En Córdoba, en una fecha que yo no puedo precisar, se forma una asociación con el objetivo de velar por la defensa de amas de casa, consumidores y usuarios.
Esta asociación adquirió el nombre de Helvia, madre del mismísimo Séneca, dato necesario cuándo ser "Alguien de" resulta imprescindible para la posteridad (palabras de Helvia).
El filósofo Séneca, agradece a ella su papel como madre y la alaba por sus aciertos y magnífica labor a la hora de administrar la economía y posterior fortuna de sus hijos sin pretender beneficio por ello.
¿A dónde voy a parar?... Pues que es bueno que se conozca que aquí, en Lucena, hace muchos años, tres mujeres valientes se sumaron a la labor de la asociación Helvia e iban de casa en casa informando a los/as ciudadanos/as de los derechos que les amparaban. Estas tres mujeres fueron Lola López Lebrón, Luzdivina Baltanás Servian y Matilde Cabello Yáñez. El primer local que lograron para sus reuniones fue una casa municipal situada en la calle San Marcos (antigua farmacia municipal).
El 18 del 3 de 1985 aparece inscrita en el registro de asociaciones con el número 5. En 1996 se consolida como asociación local y adquiere el nombre de "Asociación de Amas de casa, Consumidores y Usuarios AL-YUSSANA", asociación federada en CEACCU.
Hasta aquí esta introducción (creo necesaria) para que se comprenda la intención de mi artículo que, como todos, es a título personal y por iniciativa propia. Si bien, confío en que el resto de asociaciones estén de acuerdo conmigo y mi anhelo pase a ser un deseo colectivo.
Como a mi no me gustan los homenajes a título póstumo pues me atrevo a pedir, a quien corresponda, un reconocimiento a la persona de Matilde Cabello Yáñez. Considero que es de justicia por su larga trayectoria como presidenta de la asociación ya mencionada.
Durante 26 años, tras los cuales pasó el relevo a su hija, Matilde ha desempeñado una labor encomiable.
Mujer incansable y comprometida. Señora impecable y digna donde las haya. Humilde pero valiente. Sencilla pero distinguida a la vez. Dulce pero firme. Defensora nata de los intereses ajenos.
Yo, personalmente y también en nombre de todas las asociaciones de mujeres de Lucena, pido que un trocito de esta ciudad lleve el nombre de Matilde porque su gran labor, discreta pero constante y realizada durante tantos años, la ha hecho merecedora de ello.
Este es mi sentir y el de muchas mujeres y hombres de nuestro pueblo. Y como al pueblo no se le debe ignorar, yo espero que esta petición o solicitud sea tomada en firme por las autoridades competentes.
Sólo me queda esperar que tu, Matilde (ajena a todo), me perdones éste atrevimiento que lleva aparejados mi admiración y mi cariño y que no tiene más interés que el deseo de que se visualicen mujeres que han destacado en su trayectoria vital haciendo el bien allá a donde han ido, a costa de su sacrificio, esfuerzo, tesón y su valiosísimo TIEMPO.
Gracias, Matilde.
Te queremos.