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Dos años ya, dos larguisimos años desde que los ciudadanos, en sanidad, pasamos de ser beneficiarios a ser asegurados. Dos años desde que todos éramos beneficiarios de una sanidad universal pagada con el dinero de todos, pues nunca fue gratuita. Hoy, gracias a la reforma sanitaria que, por decreto ley, promulgo el PP hace ahora dos años, somos asegurados, que no beneficiarios, de una sanidad peor y más cara, al menos para nosotros, que la que teníamos antes de que el PP accediera al gobierno.
A pesar de sus promesas electorales hoy sabemos que falsas- al PP le faltó tiempo para proceder a sus reformas ideológicas, en este caso la sanidad, con la excusa de la herencia recibida del gobierno anterior.
Nos vendieron que debían tomar medidas urgentes, que la sanidad pública estaba en riesgo, que era imperativo ahorrar pues el presupuesto estaba a punto de reventar, etc. etc. así que Rajoy presentó el real decreto 16/212 que, cual bálsamo de Fierabrás, arreglaría todos los desaguisados producidos por Zapatero.
Hoy, merced a ese decreto, los ciudadanos ya no somos beneficiarios de un derecho sino asegurados de un servicio, habiéndose perdido, que casualidad, la universalidad de ese derecho. Ya no somos iguales en cuanto a sanidad, ahora unos tienen derecho al servicio y otros no, eso siempre y cuando puedan costearse los diferentes copagos que el ministerio de sanidad, con la Sra. Mato al frente, ha ido introduciendo a lo largo de estos dos años y que se aplican de diferente forma según la Comunidad Autónoma donde se resida.
El PP, en su propaganda electoral, trazó líneas rojas que jamás cruzarían, sanidad, pensiones y educación. Solo hay que mirar la realidad y ver que ha pasado con esas líneas rojas. Ya se, Zapatero y sus ruinosas políticas tienen la culpa ¿acaso no es esa la sempiterna excusa para todo del PP?, en cualquier caso Rajoy dijo que ese decreto era una necesidad perentoria para ahorrar pero, ¿dónde está ese ahorro? La realidad pone las cosas en su sitio, no se ha producido ningún ahorro -compruébense las cifras oficiales del propio gobierno- pero si que hemos perdido el derecho a la sanidad universal, ahora solo lo tiene el que cumple los requisitos que en cada momento quiera marcar el gobierno.
Conclusión evidente, la sanidad es peor, más cara y con menos medios comprobación empírica al alcance de cualquiera que, por desgracia, haya necesitado asistencia sanitaria- lo que demuestra palmariamente la falsedad de los argumentos del PP, pues esos argumentos solo eran la cortina de humo utilizada para ocultar sus verdaderas intenciones que son y siempre han sido hacer de la sanidad un negocio naturalmente con puerta giratoria incluida, véase lo ocurrido con los diferentes concejeros de sanidad de Madrid.
Al fin y al cabo ideología. Pura y simple ideología. Sanidad publica, universal y de calidad pagada con el dinero de todos o sanidad de calidad solo para el que pueda pagarla y de ese modo asegurar un suculento negocio para algunos ¿es necesario señalar para quien?
Hay un viejo proverbio latino que dice Quid faciant leges, ubi sola pecúnia regnat? ¿Qué pueden hacer las leyes donde sólo el dinero reina? y efectivamente vemos como este viejo aforismo adquiere actualidad cada día en los telediarios con las informaciones sobre la cúpula dirigente de PP y su relaciones con el dinero y los poderosos que lo manejan y poseen.
Pues eso, hechos son amores y no buenas razones y a los hechos me remito, si alguien no lo sabía ahora ya lo sabe, votar a la derecha no sale y nunca saldrá gratis.
Juan M. Roldán
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